Va a doler el En tal partido como hoy… de esta semana por ese sentimiento de lo que pudo ser y no fue. Porque con el Deportivo vs Sporting nos vamos a 2016 y ese encuentro en el que gran parte de Riazor dejó de mofarse del estado físico de Ryan Babel para empezar a idolatrar a un jugador que, pese a la dinámica negativa en la que había entrado su carrera, ofrecía un nivel muy por encima de la media del equipo coruñés.
El holandés llegó de rebote tras la lesión de Joselu en el inicio de campeonato. Sin equipo y visiblemente pasado de peso, sus dos primeras apariciones dejaron entrever que necesitaba entrenamiento, pero que conservaba intacto su entendimiento del juego y su clase. En su tercer encuentro, y sin acumular siquiera 90 minutos de juego, dejó su sello para dar la victoria sobre la bocina en el duelo con el equipo asturiano.
El choque fue poco vistoso, con ambos conjuntos jugando con mucho miedo y necesidad pese a estar en en las primeras jornadas de campeonato. Pocos descuidos defensivos y fiándolo prácticamente todo al balón parado. Así tenían que llegar los goles. Golpeó primero el Dépor gracias al oportunismo de Borges. El tico remató una falta lateral, el balón fue bloqueado por un defensa del Sporting y el propio Borges cogió su rechace para fusilar a Cuéllar. En las segunda parte igualaría Sergio Álvarez en un grave error defensivo. Se adelantó a todos en el primer palo y peinó un saque de esquina en el que Lux no pudo intervenir.
La respuesta de Garitano fue dar entrada a Babel. El cambio activó a Çolak y Bruno Gama, lo que posibilitó los mejores minutos de los blanquiazules en ataque. No sería, de todas formas, hasta el último minuto cuando llegaría el tanto de la victoria. Nuestro protagonista recogió un balón en la frontal y tras hacerse hueco desató la locura de Riazor con un latigazo lejano que entró pegado a la base del poste.