Fabricio Agosto acudió esta mañana a la sala de prensa de Riazor para despedirse del Deportivo. Breve en sus palabras, se despidió emocionado del club que lo acogió durante los últimos tres años. Agradecido a quienes se cruzaron con él en esta segunda etapa, no quiso olvidarse de nadie. Eso sí, rechazó responder preguntas.
«No es un adiós, es un hasta luego», dijo antes de romper a llorar. Escudado en lo puramente deportivo, Fabricio aseguró que es «una decisión tomada en el último momento, dura para mí, esta es mi casa pero decidí coger la opción del Besiktas. Creo que lo he dado todo aquí, me he vaciado, he dado lo mejor de mí. Me apetecía afrontar un nuevo reto y poder cumplir un sueño que es para mí jugar la Champions. En España era muy difícil y creo que tengo que buscarlo fuera. El Besiktas creo que es el sitio adecuado. Voy a un gran club, a una gran ciudad. Creo que es el momento oportuno y la decisión adecuada».
Luego llegaron los agradecimientos. «Dar las gracias al club por permitirme dar esta rueda de prensa y a ustedes por su presencia, que son el vehículo para llegar a los aficionados», prosiguió emocionado. «Dar las gracias, sobre todo a Tino y a su gente que ha llegado. Tiene un mérito descomunal lo que están haciendo. Llegar e ir levantando el club, ladrillo a ladrillo. Han sido francos con nosotros, nos dijeron que nos preocupásemos de jugar al fútbol y que del resto se encargaban ellos. Quiero hacer mención especial al presi, de las personas más pasionales que he conocido aquí y por ser un deportivista de corazón, y franco. Gracias, presi«, afirmó entre lágrimas.
Lesionado de larga duración, su convivencia con la enfermería, durante el último año, fue constante. Por eso tampoco lo quiso olvidar. «Tengo que nombrar a los servicios médicos. Para mí, en estos tres años, fueron imprescindibles. Gracias Adán, Adolfo, por dejaros la piel en cada momento. También a mi amigo Pablo López, el recuperador. Es una labor que no se ve. A los doctores, Lariño y Moncho. Gracias por estar con nosotros 24 horas y darnos todo lo que tenéis».
Continuó su comparecencia con palabras para entrenadores y compañeros. «A los cuerpos técnicos que han pasado, creo que me han hecho mejorar. Gracias a cada uno de ellos. A mis compañeros. Algunos que me han marcado, que me han ayudado mucho estos tres años. Gente que ha ganado títulos impresionantes como Carlos Marchena. Antonio Núñez, Toché… No he tenido sensación más grande de alegría y euforia que el ascenso. No lo podré olvidar», declaró el nuevo futbolista del Besiktas.
Pupilo de Manu Sotelo en el trabajo específico, también quiso agradecer su labor. «Gracias por darnos todo lo que tienes y por tus consejos para poder rendir mejor. Muchísimas gracias», se refirió al cangués. «A mi amigo Manuel Pablo, que para mí es como mi hermano mayor. Verlo día tras día con la ilusión de un niño no tiene precio. Un espejo donde mirarse día a día. Espero y deseo que siga al menos un año más como jugador, porque la labor que tiene dentro del vestuario, y los consejos que da, tienen mucha importancia».
Fundamentales en cada partido, Fabricio se acordó de los aficionados deportivistas. «Su esfuerzo económico, las horas en la carretera… Son de las mejores aficiones, un ejemplo. Sin ellos sería imposible. Espero poder vivir la mitad de las sensaciones que he vivido aquí en mi próxima etapa«, reconoció.
Ya para terminar, resumió este último paso por la primera plantilla del Deportivo. «Jamás podré olvidar esta segunda etapa y el poder quitarme esa espinita clavada, esa perspectiva que tenía alguna gente del antiguo Fabricio que se marchó muy joven. He sido un afortunado por haber recalado aquí con 17 años y empaparme de deportivismo y sentir los colores. Muchísimas gracias a todos. Desde la distancia seguiré siendo un deportivista más. Y cómo no, forza Dépor y que vaya todo lo mejor posible», concluyó el guardameta natural de Vecindario.