No fue, ni mucho menos, el mejor partido del Deportivo en Riazor esta temporada, pero el conjunto coruñés logró una contundente goleada (4-0) a base de contundencia en las áreas. Demostraron los blanquiazules que, llegado el caso, también pueden dominar el arte del contragolpe. El Oviedo, posiblemente, es el equipo que más cara ha plantado en A Coruña en lo que va de curso, pero pagó su inocencia en donde se deciden los partidos.
- Atasco. Por primera vez en la temporada el Dépor se encontró a un equipo respondón en Riazor. Con un planteamiento conservador pero efectivo, el Oviedo saturó el centro del campo impidiendo que la circulación de balón fuese fluida. Los de Natxo sólo respiraban a través de algún balón largo a Quique, pero no eran capaces de hacerse con el control del partido. El conjunto asturiano amagaba con salir jugando, pero pronto buscaba a Ibra con balones frontales, habitualmente bien resueltos por los centrales blanquiazules. Fueron capaces, sin embargo, de saltar la buena presión local en alguna ocasión y dar algún susto, aunque si llegar a disparar a portería.
- ‘Killer’ Duarte. Un equipo frágil a balón parado y otro cuyo repertorio es inagotable. Si a esa mezcla le sumas el estado de gracia de Domingos Duarte se abre la lata. El Dépor encontró el gol en un saque de esquina con el segundo gol en dos partidos del portugués. No le dio el tanto la tranquilidad que debería, de todas formas, ya que el guión del encuentro siguió de la misma forma. Demasiado ida y vuelta, demasiadas imprecisiones en la sala de máquinas.
- Al galope. Natxo debió de entender que sería imposible meter el partido en la nevera, o al menos esa fue la sensación en el descanso. Le dio al Oviedo el correcalles que quería y pronto comenzaron a llegar las ocasiones. Las primeras fueron para el Dépor a la contra, pero ni Quique ni Carlos, muy desacertado, encontraron portería. Los de Anquela respondieron de forma tímida con un cabezazo de Joselu y un disparo de Tejera que Dani Gimenez abortó sin problemas. Entonces apareció Quique. En un balón largo que no llevaba su nombre, el pucelano le sacó cinco metros al central en un suspiro para plantarse delante de Champagne y hacer el segundo.
- El tridente para matar. Al técnico blanquiazul le gustó el vértigo y dio entrada a Fede Cartabia para seguir cargando. El que la mayoría del deportivismo desea que se convierta en el tridente habitual, con Quique y Carlos por delante del argentino, se encargó de matar el partido en dos zarpazos. Dos contras en las que Fede habilitó al sevillano para una deliciosa vaselina, antes de hacer lo propio para que el de Pucela marcase el cuarto a puerta vacía.
FICHA TÉCNICA
RC Deportivo: Dani Giménez; David Simón, Domingos Duarte, Pablo Marí, Caballo; Expósito, Bergantiños (Mosquera, min.83), Carles Gil (Cartabia, min.64), Vicente; Quique (Moreno, min.80), Carlos Fernández.
Real Oviedo: Champagne; Carlos, Forlín (Boateng, min.75), Bolaño (Mossa, min.64); Bárcenas, Muñoz, Tejera (Johannesson, min.79), Folch, Alanis; Joselu, Ibra.
Goles: 1-0, min.21: Domingos Duarte. 2-0, min.65: Quique. 3-0, min.73: Carlos. 4-0, min.75: Quique
Árbitro: Ocón Arráiz, riojano.
Incidencias: Estadio de Riazor, 18.862 espectadores. Partido correspondiente a la jornada 13 de Segunda División.