El técnico blanquiazul admitió que este ha sido un año especialmente difícil para él por culpa de los «problemas económicos».
Hoy hubo dos caras de Fernando Vázquez en la sala de prensa. Llegó exultante, pero poco a poco reconoció que esta ha sido la temporada en la que más ha sufrido como entrenador. Pero es que además acabó emocionado, y pudo evitar llorar al querer dedicarle el ascenso a Macario Bravo -psicólogo del club-. «Quería dedicar el ascenso a un ayudante mío que creo que en su situación personal fue motivante. Me empujó siempre y a todo el equipo. Gracias Macario», expresó.
«Ha sido un año duro, pero ha sido un año fantástico», explicó Vázquez, que reconoció que este «ha sido ha sido la temporada más dura y que más me ha cansado». También comentó que lo más difícil de lo vivido hasta ahora ha sido «la dureza de ser entrenador» porque en esta ha habido «muchas cosas que cambiar y que solo se ven en el vestuario». El entrenador apuntó que ha tenido que pelear con muchos futbolistas que se marchaban y que ha peleado con los «problemas ecónomicos», pero al final todo esto le ha «desgastado» de una forma considerable.
Sin embargo, también se mostró muy feliz por haber conseguido el ascenso, aunque el objetivo es «ser campeones». La clave para haber llegado tan lejos en la competición ha sido «la unidad que mantuvo el club con la afición» y que además sus pupilos formaban «un grupo fantástico de amigos». Eso se unió a la exigencia que el de Castrofeito les puso desde el principio. «Pensaba que el ascenso era posible. Si no te exiges, no lo vas a dar», concluyó.