7 partidos, 541 minutos, 0 goles. La explosión goleadora de Florin Andone se está haciendo esperar en A Coruña. El ariete rumano, trabajador e incisivo como pocos, aún no ha encontrado su camino como referencia ofensiva del Dépor. El club blanquiazul apostó fuerte por él el pasado verano, confiando en que pudiese exhibir en Riazor la eficacia que le hizo brillar en el Córdoba durante el curso 2015/16; pero hasta el momento, las intervenciones de los porteros, la falta de puntería y el infortunio mantienen a cero la cuenta del ’10’.
En su juego se adivina también un punto de ansiedad que parece ir a más cada encuentro que pasa sin anotar. Florin asegura que está tranquilo, que sabe que los tantos terminarán llegando; y desde el cuerpo técnico y la directiva respaldan su discurso, tratando de transmitirle confianza. Sin embargo, la frustración del de Joldești es evidente cuando sus remates se estrellan en la madera o en los guantes del cancerbero rival. Necesita una diana que le ayude a quitarse de encima el peso de la desazón, un golpe que le sirva para iniciar una racha.
No es nada nuevo. La inmensa mayoría de los delanteros funcionan así: se agobian cuando el gol no llega y vuelan cuando la ‘pelotita’ empieza a entrar. De hecho, la todavía corta trayectoria profesional del propio Florin Andone demuestra que también él es hombre de rachas, un futbolista capaz de alternar series de varios partidos consecutivos viendo portería con periodos desérticos relativamente prolongados.
Dos temporadas destacan por sus números en la carrera de Andone. La primera de ellas, en Segunda B: en la 2013/14, con sólo 20 años, firmó 12 tantos en 34 apariciones con el Atlético Baleares. Una cifra considerable para un jugador tan joven. No obstante, en las nueve primeras jornadas no hizo más que un gol. Se encaramó a la buena ola entre la 10 y la 14, con cinco anotaciones en otros tantos encuentros; y no marcó de nuevo hasta la jornada 29. Casi una vuelta entera sin ‘mojar’, que compensó con otra racha de seis goles en seis partidos hasta la 35.
Florin Andone deslumbró la pasada campaña con el Córdoba en Segunda División: 21 goles en 36 partidos disputados hicieron que el Deportivo se rascase el bolsillo para conseguir su fichaje. Pero también en tierras andaluzas le costó arrancar: en las siete primeras jornadas sólo había ‘enchufado’ en una ocasión. A partir de entonces demostró cierta regularidad, sin pasar nunca más de dos encuentros consecutivos sin goles hasta las jornadas 34-38, cuando sufrió una sequía de cuatro choques. La zanjó con un doblete en la 39.
La alargada sombra de Lucas Pérez, el elevado precio de su contratación, su propia juventud y lo esquiva que se le ha mostrado la fortuna en sus inicios como deportivista juegan en contra de Andone. A pesar de todo, el punta continúa siendo importante también para su combinado nacional, que le ha convocado para medirse a Armenia y Kazajistán en los próximos días. En el Dépor y en la selección, Florin goza de la confianza ciega de todos los que le tienen cerca y le conocen. Por algo será. Tal vez la sequía quede en anécdota cuando comience una nueva racha positiva.