En las últimas semanas estamos pudiendo comprobar que los intereses que mueve el mundo del fútbol son tan grandes que ni una pandemia global como la del coronavirus, que ha paralizado el planeta, puede detener la lucha de poder entre Javier Tebas y Luis Rubiales. Pero esta no es la única tensión que se vive en el ámbito español, ya que la última en salir a la luz ha sido la guerra interna que hay en la AFE y que escenificaron en la Cope David Aganzo, presidente, y Queco Piña, miembro de la junta directiva, a raíz de un supuesto acuerdo entre el sindicado de futbolistas y LaLiga para una subida de sueldo para los jugadores en caso de que haya que comprimir la competición cuando se levante la cuarentena.
Todo empezó cuando en El Partidazo se informó de que LaLiga y la AFE habían llegado a un acuerdo para los dos escenarios posibles que se presentan en estos momentos. Si no se pueden disputar más encuentros y la temporada se da por finalizada, los futbolistas cobrarían un 10 por ciento menos de sus salarios. En caso contrario, si la competición puede regresar, pero hay que comprimir el calendario, los jugadores aceptarían disputar partidos cada 48 o 72 horas a cambio de que sus sueldos subieran entre un 15 y un 20 por ciento.
David Aganzo no tardó en llamar al programa para intervenir y desmentir de forma rotunda la información. El exjugador sí reconoció que había mantenido una reunión con Javier Tebas, pero que en ningún momento había estado sobre la mesa una negociación de este tipo. La réplica la encontró en Queco Piña, una de las fuentes, que aseguraba que un director de un club profesional se había dirigido a él para mostrarle su indignación con este acuerdo.
En desacuerdo con los ERTE
Tras varios cruces de declaraciones entre Aganzo y Piña, este último acusó al presidente de no aceptar preguntas en las últimas juntas directivas, dejando claro que este cara a cara no viene de ahora. Aganzo zanjó su intervención volviendo a negar el acuerdo y apuntando, además, que la AFE también está en contra de los ERTE por dos motivos. Primero porque los futbolistas no han parado su actividad y siguen entrenando en casa. Y segundo porque el sindicato no ve con buenos ojos que, en una situación como esta, el gobierno ayude a clubs profesionales.