«Veni, vidi, vici», que diría Julio César al Senado romano. En una liga menor, alejado ya de los grandes focos, Haris Medunjanin vuelve a rendir a su mejor nivel. El ex jugador deportivista, que en el pasado mercado de invierno abandonaba el club coruñés rumbo a Israel, está siendo uno de los más destacados de su nuevo equipo, el Maccabi Tel Aviv, en las últimas semanas.
En su regreso a la ciudad que le había acogido de 2010 a 2012, el bosnio no ha tardado en adaptarse. Y es que si en el re-debut había dejado buena muestra de las cualidades que atesora, en su segundo partido terminó por confirmarlas estrenándose ya como goleador. Un tanto suyo por la escuadra y una asistencia, guiaron ese día a su equipo a la siguiente ronda de Copa. Pero las sensaciones no quedaron ahí. Una vez abierta la lata, todo va sobre ruedas. Asentado en la zona trequartista, Nejeditrice (nombre con el que se dio a conocer en una frecuentada red social, y que en su idioma materno sería algo así como «no coman chucherías») vuelve a sonreír.
Por si esto fuera poco, el halago de los espectadores de la Ligat ha’Al no tardó en llegar. Y en el día de hoy se le fue reconocido en forma de premio. Designado, por el 33% de los votantes, como el mejor jugador del mes de febrero, Haris recoge ahora su primer galardón tras un paso tímido por Riazor. Ataviado ya con otra zamarra, el mago está de vuelta.