Apenas tres días ha durado el espejismo del triunfo ante el Alavés. Un sueño, corto, pero sueño al fin y al cabo, del que Baptistao se encargó de despertar a Mel y a sus jugadores. Cinco minutos tardó el brasileño en abrir el marcador en una jugada, la enésima, que volvió a dejar al descubierto las vergüenzas coruñesas. Moreno recibió solo entre los pivotes y los centrales. Schär tuvo que salir a por el punta y su espacio lo ocupó Baptistao tras hacer el dos contra uno a Luisinho para rematar solo.
Así comenzó el encuentro, de nuevo con el equipo sin orden, pero también desenchufado, como viene siendo habitual. Porque las carencias defensivas del sistema de Mel se notan en el juego corrido, pero que te rematen con peligro cada falta lateral es también una cuestión de concentración. Llegó el segundo tras varias avisos que pudieron terminar antes en el fondo de la red. En un saque de esquina, Baptistao estaba solo en el área pequeña, de rodillas. Sí, de rodillas para rematar un centro bajo. No conectó bien el cabezazo, pero el balón rebotó en Arribas para acabar batiendo a Tyton.
Fue entonces cuando llegó el Dépor al partido, media hora tarde y también por cortesía del rival, que con dos goles de ventaja dio un paso atrás. Pero tampoco en ataque tienen las cosas muy claras los blanquiazules. Çolak tuvo dos buenas ocasiones tras dos internadas de Juanfran, pero Lucas Pérez apenas pudo intervenir. El plan de colocar a Valverde en la izquierda hace el equipo demasiado estrecho y previsible. Sin desborde.
Lo que más puede cabrear a la afición coruñesa es ver cómo el equipo sí compite cada vez que recibe una bofetada. El comienzo de la segunda parte fue el mejor ejemplo. Guilherme y Cartabia tuvieron dos grandes opciones antes de que Borges recortara distancias. En uno de los pocos ataques bien organizados, el tico fue el encargado abrir el balón a Luisinho y rematar el centro del portugués tras una gran jugada personal.
Pero las carencias del equipo este año son interminables. A donde no llega la incapacidad de Mel, sí lo hacen los errores individuales. De esta forma, Arribas decidió que era buen momento para pegarse un tiro en el pié, como el año pasado también ante el Espanyol en Riazor. En un centro lateral y cuando la jugada pedía despejar el balón, trató de salir con la pelota jugada. Granero se la robó y el madrileño cometió penalti que Gerard Moreno transformó.
Para entonces el técnico deportivista ya había hecho los cambios para irse a por el empate, pero recibir el tercero fue un mazazo anímico y ahí se acabó el Dépor, que sigue sin ser capaz de mantener un buen tono más de 20 minutos por encuentro. El esperpento final quedó redondeado con el cuarto gol, también de Gerard Moreno, que remató debajo de la portería un centro de Baptistao, dejando al Dépor con una sensación que recordó demasiado a la de Butarque hace unos meses, justo la que provocó la salida de Garitano y la llegada de Mel.
FICHA TÉCNICA:
RCD Espanyol: Pau López; Víctor S., Hermoso, David López, Aaron; Jurado (Sergio García, min. 65) Diop (Marc Roca, min.69), Darder, Piatti (Granero, min.59); Gerard, Baptistao.
RC Deportivo: Pantilimon; Juanfran, Schär, Arribas, Luisinho; Cartabia (Bruno Gama, min.85), Guilherme (Andone, min.69), Borges, Valverde; Çolak (Valle, min.74), Lucas Pérez.
Goles: 1-0: Baptistao, min.5. 2-0: Arribas, en propia puerta, min.22. 2-1: Borges, min.53. 3-1: Gerard Moreno, de penalti, min.73). 4-1: Gerard Moreno, min.90.
Árbitro: De Burgos Bengoetxea. Amonestó con tarjeta amarilla a Luisinho en el Dépor y a Víctor Sánchez en el Espanyol.
Incidencias: Estadio Cornellá-El Prat. Partido correspondiente a la 6ª jornada de Liga.