Lucas Pérez anotó frente al Eibar su tercer gol con la camiseta del Deportivo. Lo hizo una vez más saliendo desde el inicio y jugando en Riazor.
Que la relación entre el Deportivo y Lucas Pérez iba a ser intensa quedó muy claro en su primer partido ante el Valencia. Su presencia en el once dio la impresión de alentar a sus compañeros y el conjunto ché tuvo que arrodillarse ante la intensidad deportivista, que terminó venciendo (3-0) y que permitió al de Monelos debutar con gol ante su público. Suyo fue el segundo tanto, y lo celebró con un gesto de rabia golpeando una de las vallas publicitarias. Todo parecía perfecto. Sin embargo, su lesión en la jornada siguiente ante el Espanyol inundó de pesimismo a la hinchada coruñesa.
Después de un calvario provocado por las lesiones, los altibajos en el proceso de recuperación y la larga espera vivida para poder regresar al césped, hoy Lucas Pérez vuelve a sonreír. Y tiene motivos para hacerlo. Tras romperse, volvió a pisar la hierba de Riazor en los minutos finales de la derrota del Deportivo ante el Barcelona (0-4), y desde entonces, él y el Deportivo no han dejado de crecer. Aunque en la jornada siguiente los blanquiazules no pasaron del empate ante el Granada (2-2), el regreso del coruñés a la titularidad y su gol fueron las notas positivas del choque. En menos de siete días, repitió titularidad en Vallecas, donde no anotó, pero su presencia en el once dio continuidad a las buenas sensaciones mostradas por los de Víctor Fernández en el anterior encuentro, y el doblete de Borges sirvió para traerse los tres puntos hacia A Coruña (1-2).
Y en estas, llegó otra vez el viernes y otra vez Lucas Pérez saltó de inicio al césped del estadio al que de niño acudía con su familia como espectador. No faltó a su cita con el gol. El atacante aprovechó un mal despeje del meta del Eibar para introducir el balón en el fondo de las mallas. Tres titularidades en Riazor y tres goles del jugador gallego. Y los tres en la portería de Pabellón, a la que le tiene totalmente tomada la medida. El siguiente partido en el coliseo blanquiazul será ante el Celta de Vigo, y habrá que ver si la historia se repite.