Íñigo López, actualmente en el Deportivo, es uno de los futbolistas implicados en la Operación Oikos. Tras el interrogatorio, salió el libertad con cargos de corrupción deportiva y estafa. Está en el segundo escalón, con una fianza de 75.000 euros, superado por Bravo y Aranda. Para la policía, es uno de los intermediarios en una trama de amaños en el mundo de las apuestas con el Huesca en el centro.
A pocas horas antes de que su equipo juegue el primer partido de la primera eliminatoria por el ascenso a Primera División, ha concedido una entrevista a El Mundo en un intento de lavar su imagen. De hecho, reconoce que hubo un «pacto» contra el Nàstic por el que acabaron perdiendo.
Sobre el pacto por el que perdieron contra el Nàstic, reconoció que es «el que siempre ha existido en el fútbol. En los últimos partidos se suele mirar el calendario y se habla, porque se conoce a la gente. No es que nos reunamos o se quede en un sitio. Simplemente se dice: «Oye, no nos fastidiemos, para el que necesite los puntos». La cosa queda así y no se vuelve a hablar. Cualquiera que haya jugado al fútbol y haya estado en este mundo sabe que esto ha existido desde mucho antes que nosotros. Lo que ocurre es que el asunto de las apuestas lo ha sobredimensionado todo«. Según él, este pacto consiste en que en el Huesca «bajamos la intensidad, simple y llanamente. No se sale a matar».
En cuanto a si alguien del equipo apostó a ese partido, añadió que «de eso no sé nada. Y si alguien ha hecho algo por uno u otro equipo no lo vamos a saber. Lo que sí vimos es que las apuestas estaban muy bajas a nuestro favor, cuando debería ser al revés, según la clasificación. No le dimos importancia, porque nosotros habíamos estado celebrando un ascenso, con todo lo que eso conlleva, cenas, actos, fiestas… Ellos, en cambio, estaban preparando a conciencia un partido en el que se jugaban la categoría. Las cuotas suelen cambiar a causa de ello, porque el apostador se decanta, en general, por el que más se juega».
En la citada entrevista ha reconocido que él sí apuesta, aunque «jamás a equipos de mi categoría. Apuesto a partidos de Champions y a otras competiciones».
Sobre la acusación de ser intermediario en la trama de apuestas, añade que lo investigan ya que a é le llama «Carlos Aranda, que fue compañero mío. Jugamos seis meses en un equipo y teníamos algo de relación. Me pide que le pida al Huesca un dinero que le debe, 100.000 euros. Hablo con Agustín. A partir de ahí, está un tiempo preguntándome por whatsapp, hasta que se dirige directamente al presidente».
Añade más luz a su relación con Aranda. «No lo conozco lo suficiente. Fuimos seis meses compañeros. Ni idea de si trafica con drogas o no». Y recalca que no le habló en ningún momento de apuestas. «Yo sé que apostaba, porque lo hemos hablado entre compañeros. Tampoco sabía de esos volúmenes, al menos de los que se habla. Nunca me ha llamado para apostar».