El martes saltaba la noticia: Íñigo López estaba entre los detenidos de la Operación Oikos por amaño de partidos. Tras declarar ante el juez en Huesca, el pasado jueves el jugador del Deportivo quedó en libertad con cargos de corrupción deportiva y estafa, previo pago de una fianza de 75.000€ (la más alta de todos los detenidos). Ya de vuelta en A Coruña, este sábado se reincorporó al trabajo con el resto del grupo. Y fue protegido por el club herculino.
En plena previa del importantísimo Elche – Deportivo (domingo 20h), Íñigo, que se ha quedado fuera de la convocatoria, regresó a los entrenamientos en Abegondo. El riojano completó la sesión con total normalidad junto al resto de compañeros, y a la conclusión de la misma, recibió la protección del club, que cortó el paso para impedir que los periodistas se acercasen hasta su posición.
Íñigo está acusado de pertenencia a organización criminal, corrupción entre particulares y blanqueo de capitales. Y como tal, deberá presentarse en los juzgados o en comisaría los días 1 y 15 de cada mes, no pudiendo salir del territorio nacional, con lo que le han retirado el pasaporte y está obligado a comunicar un cambio de domicilio.
El jueves, a la salida de los juzgados, y en declaraciones a EFE, el deportivista explicaba su postura: “Nos han tratado bien, me he declarado inocente, llevo tres días aislado y quiero irme a descansar, me encuentro muy cansado y ahora solo queda esperar y descansar“. Además de Íñigo, dentro de la Operación Oikos también fueron detenidas otras personas relacionadas con el mundo del fútbol como el jugador del Getafe Samuel Saiz, el exdeportivista Borja Fernández, los exfutbolistas Raúl Bravo y Carlos Aranda, el presidente del Huesca Agustín Lasaosa o el responsable de los servicios médicos del club oscense Juan Carlos Galindo.