Jaime Sánchez regresó el pasado verano al Deportivo para ponerse a los mandos del Juvenil B. El que fuera campeón de Liga con conjunto blanquiazul vive su segunda etapa en la cantera deportivista y nos cuenta cómo está viviendo esta etapa de confinamiento a cargo de las promesas de Abegondo, sus planes de futuro en los banquillos y lo a gusto que siempre ha estado en A Coruña: «Mi mejor recuerdo es el cariño de la afición desde el primer momento».
Estos días estamos viviendo mucho de nostalgia, ¿cuál es tu mejor recuerdo del año de la Liga?
Mi mejor recuerdo es el cariño de la afición desde el primer momento. Eso me marcó. Siempre se dice que A Coruña es la ciudad donde nadie es extranjero y fue es un fiel reflejo de la realidad. Para alguien que viene de fuera, sentirse tan querido… me sentía como en casa. Más allá de los partidos, que claro que quedan ahí, lo que más queda es el cariño de la gente, es lo que siempre me he llevado.
Y ahora como técnico, ya en tu segunda etapa, ¿qué pasó en la primera? Terminó de forma abrupta.
No sirve de nada pensar en la etapa anterior. Ni en lo que sucedió, las formas, si fue justo o no… intento olvidarlo. Pienso en lo bonito que ha sido volver al Dépor. La formación de los chavales es algo que me apasiona. Quiero seguir encarando mi carrera hacia el mundo de entrenar, la formación. El mundo del fútbol, que es lo que siempre he querido hacer.
¿No te ves en el fútbol profesional?
Uno nunca es conformista. Siempre me he considerado una persona inquieta y trato de mejorar todos los días. Con las aspiraciones máximas. El día a día marcará el futuro, pero lo que tengo claro es que será siempre vinculado al mundo del fútbol.
El día a día del confinamiento en la formación, ¿es diferente?
Intentamos hacer un seguimiento individual de los chavales. Hablando con ellos, haciéndoles ver que esto tiene cosas positivas. Que pueden realizar muchas cosas aparte de las rutinas diarias. Que se sigan manteniendo en la dinámica del fútbol, pero que lo vean como una oportunidad para prepararse, para seguir estudiando.
¿Todavía tienes esperanza de que vuelva la competición para vosotros?
La situación es delicada. A todos nos gustaría que volviera, pero en categorías inferiores va a ser muy complicado. Por no decir imposible. Los profesionales están buscando todos los mecanismos, aunque no cabe duda que lo primero es la salud.
Por su experiencia de futbolista, ¿se puede jugar cada 72 horas?
Ese impacto es importante, pero no sería tanto por el tiempo de descanso, sino por el periodo de inactividad. Aunque se sigan las rutinas, el fútbol es fútbol y no hay mejor forma de prepararse que estando en el terreno de juego para que el cuerpo lo asimile.
¿Cómo estás llevando tú la cuarentena?
Con cierta incertidumbre. Con dos vertientes, por así decirlo. Una en casa, en A Coruña. Todo está en orden y lo llevamos de la mejor manera. Siendo activos, positivos e intentando ayudarnos. Pero por otro lado está la zona de Alcalá, donde tengo parte de mi familia. Ahí, intranquilidad. Mi padre está ingresado y está esa inquietud e impotencia de no poder hacer nada por el confinamiento. Entonces una mezcla de sentimientos.
¿Cómo sentiste la muerte de Lorenzo Sanz, que fuera presidente tuyo?
Ha tenido repercusión en mí, principalmente también por la relación estrecha que tengo con sus hijos. Se vienen muchos recuerdos de esa Copa de Europa que ganamos con el Madrid. Pero más recuerdos me trae el hecho de que se haya ido una persona tan buena en todos los sentidos. Era como un padre para nosotros.