Una nueva pieza en el centro del campo para Víctor Fernández. El periodista Alberto Piñero, gran conocedor de todo lo que rodea al club madrileño, nos traza este perfil sobre el canterano merengue.
José Rodríguez llega al Deportivo para ocupar alguna vacante del centro del campo. Con más llegada, caído a una banda, en la mediapunta… Rodríguez luchará por hacerse un hueco en los planes de Víctor Fernández. Gran conocedor de la cantera madridista y de toda la actualidad del conjunto blanco, el periodista Alberto Piñeiro (Goal y El Enganche) nos traza un interesante perfil sobre el futbolista alicantino, una de las perlas de la Fábrica madridista. Conoce un poco mejor al nuevo jugador del Dépor. Conoce un poco mejor a José Rodríguez.
PERFIL JOSÉ RODRÍGUEZ.
Si hay una etiqueta que en los últimos años se ha repetido en Madrid hasta el punto de hacerla perder su valor es: “Es una de las perlas de La Fábrica”. Con un gran interés mediático tras el ascenso del Real Madrid Castilla a Segunda División, y la posibilidad de proyección de las redes sociales y las televisiones con derechos, parecía no haber en los últimos tiempos aficionado que no conociera al dedillo a todos y cada uno de los jugadores de las categorías inferiores del club merengue. Y todos coincidían en ser una perla para los supuestos entendidos. No es así, ni mucho menos. Aunque si hay un futbolista que en los últimos años sí que se ha ganado ese apelativo por méritos propios es José Rodríguez.
Ya con quince años, Arsene Wenger peleó con uñas y dientes por ficharlo para su Arsenal, una mina de grandes talentos mundiales. El Real Madrid respondió a tiempo para mantenerlo en sus filas. Al club le suponía un pequeño esfuerzo para las posibilidades que ofrecía ya entonces en categoría juvenil. Y poco a poco fue respondiendo a esa confianza. Militando en el Juvenil ‘B’ fue ascendido en enero junto a Cristian Benavente al Juvenil ‘A’ para reconducir la irregular senda del equipo, y tardó escasas semanas en hacerse titular indiscutible, pese a tener un año menos. Poco tiempo después, Alberto Toril le daría la alternativa para el Castilla, en Segunda División, sin pasar siquiera por el segundo filial blanco. En apenas seis meses había pasado de jugar ante chicos de 17 años a jugar en la División de Plata del fútbol español. Aunque su indiscutible momento de gloria llegó con el debut con el primer equipo del Real Madrid, jugando en una misma temporada en Liga, Copa del Rey y Champions League (el madridista más joven en hacerlo) de la mano de José Mourinho, quien le convirtió en abanderado de su causa contra el entonces técnico del Castilla por emplear a jugadores más experimentados.
Mediocentro más llegador que organizador, de gran zancada, notable envergadura y mejor técnica, el alicantino destaca por su capacidad para el gol, su recorrido, y su visión de juego. También por su punto de rebelde, como todos los genios. Huelga decir que como internacional español, con diecinueve años, un metro ochenta de altura y esta trayectoria y carta de presentación, José Rodríguez lo tiene todo para comerse el mundo. El mundo del fútbol, al menos. Aunque es con esta cesión al Deportivo de La Coruña para jugar en Primera División cuando José Rodríguez debe reafirmar esa condición de auténtica esperanza del fútbol español. Cuando debe justificar todos esos honores que luce con mucho orgullo en su currículum.
La Segunda B le quedaba pequeña seguramente, y es momento de demostrar en Riazor que la Primera División no le puede quedar grande, después de una última temporada con el Castilla donde seguramente se esperaba más de él, partiendo como el referente indiscutible en la medular y sin poder evitar el descenso del filial blanco. Este salto es clave en su seguramente acelerada evolución como profesional. Fútbol le sobra, a priori. También actitud. Y si todo ello consigue plasmarlo luciendo la elástica del Deportivo, como hiciera antes en Valdebebas, es seguro que ya nadie podrá poner en duda más esa etiqueta: José Rodríguez es y será considerado como una de las perlas del fútbol español. Es su año para ello. Para gloria del deportivismo.