Hace varias semanas que el Deportivo da la sensación de afrontar una final en cada jornada, aunque la imagen del equipo no transmita lo mismo. Pero lo que parece claro es que el duelo de este sábado ante el Alavés sí será definitivo para saber si el equipo coruñés tiene algo que decir en la lucha por la permanencia, o si no le queda más que deambular por los campos de Primera División hasta mayo. El conjunto vitoriano ha reaccionado en las últimas jornadas y tiene ocho puntos más que el Dépor. Un triunfo permitiría recortarle ventaja a su rival, puede que acercarse a la zona de salvación (el Levante visita a la Real Sociedad y Las Palmas recibe al Sevilla) y prendería la mecha del efecto Seedorf. Cualquier otro resultado supondría un clavo más en el ataúd deportivista.
El objetivo está claro, pero para conseguirlo el equipo blanquiazul tendrá que afrontar dos obstáculos importantes: su incapacidad para rendir fuera de casa y la fortaleza que ha construido Abelardo en Mendizorroza. El técnico asturiano ha sido el pilar fundamental de la resurrección vitoriana centrándose en no dejar escapar puntos como local y poner el candado a la portería de Pachecho.
El Alavés ha jugado siete encuentros en su estadio desde la llegada de, como sucede en el Dépor, su tercer entrenador del curso. El balance lo dice todo: seis victorias y un empate. Cinco de esos triunfos han sido en Liga, donde han caído equipos de la zona alta como Sevilla o Celta. El único equipo capaz de puntuar en Mendizorroza con Abelardo sentado en el banquillo ha sido el Leganés, remontando un 2-0 con un arbitraje bastante polémico.
Ha vencido a rivales directos como Málaga o Las Palmas, pero también a equipos de la zona alta como Sevilla y Celta.
Esta escalada vitoriana también se ha cimentando en triunfos ante rivales directos. Porque por el estadio vasco han pasado también en las últimas semanas los otros dos equipos que comparten zona de descenso con el Dépor. Málaga y Las Palmas visitaron al Alavés de forma consecutiva y los dos salieron de la misma forma: derrotados y sin marcar ningún gol. Sólo han encajado cuatro tantos en esos siete partidos.
El Dépor sólo ha logrado un triunfo a domicilio
Si con estos datos el panorama ya no es muy halagüeño, el desempeño del conjunto coruñés a domicilio no hace más que alimentar el pesimismo. Un año más, el Dépor está teniendo muchos problemas lejos de Riazor. Ya no sólo para ganar, sino incluso para competir los partidos. Suma un único triunfo fuera, en Las Palmas con el debut de Cristóbal, y las dos últimas salidas se han resuelto con goleadas humillantes frente al Madrid y la Real Sociedad y unos números escalofriantes: un gol a favor y 12 en contra.
Seedorf tiene mucho trabajo por delante y gran número de tareas pendientes, pero, sin duda, una de ellas será lograr que el equipo empiece a producir como visitante. Faltan 15 encuentros para que se termine la temporada y parece complicado que las jornadas que restan por jugarse en Riazor vayan a ser suficientes para mantener la categoría.