Riki ha iniciado la temporada como un tiro. Dos goles en tres partidos es un registro alentador para un jugador que se ha asentado en el Dépor. Riki jamás será el mejor ariete de la historia blanquiazul, pero su compromiso con el club y su rendimiento demuestran que se ha convertido en un hombre importante.
Riki llegó a A Coruña en el año 2006, tras dos interesantes temporadas en el Getafe. El delantero llegó en esa transición en la que el club pasó de un lugar privilegiado en Primera División, a moverse en la mitad de la tabla. Su adaptación al equipo no fue sencilla, y sus continuos problemas musculares han frenado la progresión del jugador de Aranjuez. A todo esto hay que sumar su posición en el campo. En las últimas temporadas Riki ha tenido que asumir un papel principal arriba, cuando no es un delantero centro puro.
Criticado en muchas ocasiones por sus fallos de cara a portería, Riki consiguió una mayor comunión con la afición a raíz del descenso del equipo. Su defensa a ultranza del club, y su solidaridad nada más salir del vestuario en el partido ante el Valencia, han provocado que haya sido uno de los pilares fundamentales de este equipo durante el pasado curso futbolistico. Una notable temporada en Segunda División y un gran inicio en la presente campaña han llevado a Riki a reencontrarse con su mejor versión.
Si a todo esto unimos el fútbol rápido y dinámico de jugadores como Bruno Gama, Pizzi, Salomão y los balones al hueco de Camuñas y Valerón, Riki puede ser uno de los grandes protagonistas de esta nueva aventura en la máxima categoría del balompié nacional.
A sus 32 años Riki está más que preparado para asumir un rol importante en el equipo. Junto a Nelson Oliveira, serán los encargados de llevar el peso ofensivo de un equipo que ha arrancado la temporada con sensaciones positivas. Por segundo año consecutivo, el gol en Riazor debe llevar el nombre de Riki.