La Navidad es por todos conocida como la época del año en que, aprovechando que éste toca a su fin, empresas, familias y las propias personas de forma individual, hacen un breve parón en su día a día para recapitular y valorar como han transcurrido los últimos 12 meses. Lo positivo y lo negativo suele salir a la palestra, pero siempre se recurre al espíritu navideño y a los buenos deseos con el firme propósito de que en el futuro lo primero se imponga a lo segundo. El mundo del fútbol no es una excepción y ocurre lo mismo.
El pasado fin de semana, una vez rematada la jornada, equipos y jugadores iniciaban sus vacaciones navideñas —esta temporada ligeramente más cortas de lo habitual—, las cuales siempre vienen marcadas por la situación en la que se encuentran los clubes tanto en lo deportivo como también en lo institucional.
En el caso del Deportivo, el parón navideño llega en uno de los mejores momentos que se recuerda en años, y si tenemos en cuenta la suma de lo deportivo y lo institucional, se puede afirmar sin lugar a dudas que ésta es la Navidad más tranquila de la última década en la centenaria entidad herculina.
En el aspecto meramente deportivo, el club blanquiazul vive una situación impensable meses atrás, con las imágenes de la agónica permanencia lograda en el último suspiro muy presentes aún en el recuerdo de todo el deportivismo. Sin embargo, aquel sufrimiento supuso el inicio de una nueva etapa en la que los registros y las sensaciones del equipo hacen que, en cierto modo, se recuerde a lo vivido en la época dorada del club. Buena muestra de ello, es que para encontrar al Deportivo en una situación clasificatoria mejor que la actual hay que echar la vista atrás hasta la temporada 2003-2004, cuando los blanquiazules ocupaban el tercer puesto a estas alturas.
En lo extradeportivo también parece que impera una calma y tranquilidad difícilmente recordada por estas fechas. Un ejemplo de ello era la habitual celebración de la Junta de Accionistas en estas fechas en la época de la anterior directiva y que solía suponer un punto de conflicto entre algunos sectores de la afición, o más recientemente,lo ocurrido el pasado año a raíz de los incidentes ocurridos semanas atrás en Madrid Río.
Todo ello parece haber quedado atrás, y a la espera de que regrese la competición, el deportivismo disfruta de unos merecidos días de paz y tranquilidad.