El Deportivo cayó por 4-1 en el feudo del Espanyol en un partido que dejó muchas cosas para analizar, aunque difícilmente se puede rescatar algo positivo. Los de Pepe Mel comenzaron perdiendo 2-0, pero tras el descanso, el equipo reaccionó ante la adversidad y comenzó a hacerse con el control del encuentro. Sin embargo, con 2-1 en el electrónico, y el equipo empujando para empatar, el penalti cometido por Arribas diluyó cualquier opción de remontada.
A pesar de que la actitud y la poca solidez defensiva sean las dos principales razones de la derrota de las que se hablan en A Coruña, en este artículo trataremos de darle también un enfoque táctico a lo que deparó el choque, pues Pepe Mel realizó algunos cambios con respecto al encuentro en el que venció por 1-0 al Alavés.
Superpoblación en el centro del campo
Lo primero a destacar en el planteamiento del técnico deportivista es la superpoblación de futbolistas en el centro del campo. Hasta cinco jugadores para jugar por dentro, con Borges y Guilherme en el doble pivote, Çolak por delante de medio creativo, y dos falsos extremos, con Valverde a la izquierda y Cartabia a la derecha. Esta rara denominación de falsos extremos se debe a que Valverde es un centrocampista interior, y cada vez que tenía oportunidad se internaba por el centro. Por otro lado, Cartabia, a pesar de ser conocido como jugador de banda, fue un interior más, pues estaba constantemente tirando diagonales hacia el centro y buscando el tiro con su brillante zurda. Sólo un cambio en la alineación (Çolak por Andone), pero numerosos cambios a nivel táctico. Valverde, llamado a ser importante en el equipo herculino, se mantenía como titular. Este sería el once con el que salió Pepe Mel:
A priori parece un 4-2-3-1, pero en realidad los jugadores de banda no actuaban pegados a la línea de cal. La idea de Mel era clara: posesión y más posesión. El equipo gallego se fue al descanso con un 65% de posesión, frente al 35% del Espanyol. No obstante, el hecho de encajar un gol tan pronto (min. 5) supone dudar sobre la validez del planteamiento, pues no es lo mismo salir a disputar la posesión con empate en el electrónico que con un 1-0 en contra, o con un 2-0 en contra a partir del minuto 22.
En ataque, Cartabia y Valverde se metían por dentro a recibir y dejaban los carriles libres para los laterales. Juanfran y Luisinho actuaron prácticamente como extremos, y todo el juego acababa en apertura a banda y centro. Centros estériles y sin rematador. Fruto de ello, cabe destacar otra variante táctica a tener en cuenta, que fue la soledad de Lucas Pérez. El hecho de jugar con este sistema, y además con un delantero como Lucas, te resta profundidad arriba, pues el delantero gallego es un futbolista al que le gusta venir a recibir, caer a banda, etc. En definitiva, participar en la creación del juego. Por tanto, los ataques del Deportivo en la primera mitad eran inofensivos, hasta tal punto de que a pesar de que los de Mel se fueron al descanso con un 65% de posesión, daba la sensación que el Espanyol había sido superior.
Los cambios de Mel no surtieron efecto
En la segunda parte se dio un cambio notable. Sin necesidad de cambios en el once, el equipo gallego salió más enchufado y generó varias ocasiones tras arrancar la segunda mitad, dando lugar al gol de Borges en el minuto 53. El tanto del ‘Tico’ se dio a partir de una pequeña variante en la disposición de los futbolistas sobre el verde, quedando en ataque un dibujo parecido a este:
Al aspecto ya destacado antes de los laterales subiendo toda la banda, hay que sumar que en esta segunda mitad, Borges actuó más adelantado que Guilherme. El costarricense ejerció el rol de centrocampista llegador, lo que tuvo como consecuencia el tanto deportivista tras asistencia de Luisinho. El cambio parecía funcionar.
La primera sustitución de Mel fue dar entrada a Andone por Guilherme. Esto suponía que Borges abandonaba su rol de llegador, pues tenía que mantener la posición que Guilherme había abandonado. El cambio se dio tres minutos antes del 3-1, y a pesar de que llegara tras un penalti absurdo de Arribas, se puede afirmar que el cambio de Mel no funcionó. Erró en quitar a Borges de la posición de llegador que tanto daño estaba haciendo. El dibujo quedó algo parecido a esto:
Mel intentó de todo, pero no fue suficiente
Luisinho y Juanfran se mantenían de carrileros, y la superpoblacion en el centro era cada vez mayor. Çolak no tenía espacios para crear, pues tenía hasta cuatro jugadores por delante. Lucas Pérez seguía perdido, y Borges ya no ayudaba en ataque. La siguiente pieza que movió Mel fue la salida de Çolak del campo, para dar entrada a Borja Valle. Otra medida a la desesperada, ya que salía un jugador de creación para la inclusión de un futbolista de ataque. El dibujo quedaba tal y como podéis ver a la izquierda. Con Valverde un poco más centrado y Luisinho con menos carril, pues Valle se situó pegado a la izquierda. No obstante, en la derecha Cartabia y Juanfran seguían funcionando de la misma forma.
La pizarra de Mel finalizaba con un último cambio. Bruno Gama entraba por Cartabia, pero ya no había táctica que valiera. El equipo estaba enterrado y la derrota ya sobrevolaba al deportivismo. El 4-1 fue la puntilla para un Pepe Mel que se equivocó en determinados aspectos tácticos que condenaron al equipo, a pesar de que los gallegos mostraron un buen juego durante gran parte de la segunda mitad. Derrota dura que le hará pensar a Mel en nuevas variantes en su pizarra.
Conclusión
A pesar de que no hemos analizado la gran causa de la derrota, que fue la defensa, este problema no fue fruto del planteamiento del técnico deportivista. El equipo defendió con poca actitud, muy desacertado a nivel individual, y cada centro era un remate del Espanyol. Pepe Mel tiene que trabajar mucho este aspecto, pero no se debe tanto a la disposición táctica sino a la mala actuación del equipo a nivel defensivo. En cuanto al planteamiento del partido, Mel buscaba la posesión y ganar el encuentro desde el control y el dominio. Acumular centrocampistas y jugar únicamente con Lucas Pérez de referencia era la idea del técnico para superar al Espanyol, pero encajar tan pronto trastocó los planes y el equipo reaccionó tan sólo en la segunda mitad. Los cambios no fueron acertados, y por tanto, Pepe Mel queda señalado como uno de los responsables de la derrota deportivista.