El club prepara la oferta de renovación para el meta argentino, un asunto que se presenta delicado y de vital importancia para el equipo en su regreso a Primera División.
Mientras Germán Lux medita en algún lugar del mundo si quedarse en el Deportivo o cambiar de aires, la masa social blanquiazul hace lo propio y se inquieta ante la posibilidad de un futuro inmediato sin un jugador que se ha convertido en una pieza importantísima en el equipo dirigido por Fernando Vázquez. Las declaraciones en las que el santafesino manifestaba su interés por volver algún día a River Plate, club con el que ganó tres torneos Clausura consecutivos del 2002 al 2004, han sembrado de incertidumbre el panorama.
En un equipo construido desde atrás, Lux convirtió sus dominios en un solar tranquilo, apareciendo con rapidez y precisión cada vez que los rivales intentaban el abordaje. Sus maneras se adaptaron perfectamente al guión escrito por el entrenador, cuyas palabras clave fueron calma, equilibrio o silencio. Las magníficas prestaciones ofrecidas no se ciñeron únicamente al apartado futbolístico sino también a su gran ascendencia espiritual dentro de un vestuario que le otorgó progresivamente el papel de líder en la sombra. Ni siquiera el hecho de firmar una recta final de temporada un tanto irregular sirvió para oscurecer el consenso alrededor de su figura. La afición, en consecuencia, expresó su deseo de retenerlo durante las celebraciones del ascenso.
El Deportivo ha contado en los últimos años con porteros de sobrada experiencia en la Liga, como han sido Dani Aranzubia, Dudú Aouate o José Francisco Molina, Lux encaja en el perfil y a nadie se le escapa que encontrar un recambio de garantías y que mejore lo presente, dado el estado del mercado y la economía del club, se antojaría como algo complicado. Es por ello que se espera un esfuerzo considerable por parte de la directiva a la hora de presentar una propuesta que convenza al guardameta.