«Es como cuando eres joven y tienes la fiesta de fin de curso. Al día siguiente quieres hablar con todo el mundo para recordar cómo fue la noche». Aún con la afonía y la emoción de quién vivió una jornada que difícilmente olvidará en mucho tiempo, Eduardo Kayser responde al otro lado del teléfono 24 horas después del Granada 0-1 Deportivo. Sevillano de nacimiento, es uno de los más de cuarenta socios de la Peña Deportivista Al sur de Riazor (con sede en la ciudad nazarí).
Acostumbrado a disfrutar de su equipo desde la distancia, Eduardo llevaba “desde agosto, desde que salió el calendario”, con el 10 de febrero marcado en rojo. No era un día más para él ni para el resto de compañeros de la peña, querían ejercer de anfitriones en casa, y para ello, planificaron una jornada repleta de deportivismo. “Queríamos que la gente entrara a nuestra casa y viera el rinconcito del Dépor que tenemos aquí en Granada”.
Por eso, y pese a que el partido arrancaba a las 18h, para la peña granadina empezó mucho antes. “Quedamos a las 9 para desayunar, estuvimos limpiando la sede, y a partir de las 11 ya empezó a llegar gente. Hubo una afluencia importante de camisetas deportivistas por la calle Yerma -donde se ubica el local-. Desde el principio, desde que empezamos a organizar todo, ya habíamos contactado con gente de Mallorca, gente de la peña London… Y tuvo muy buena acogida”. Pero eso solo fue el principio, la sesión vermú, el paso previo a la velada de verdad, que llegó a la hora de comer. “Reservamos un restaurante cerquita del estadio para celebrar allí la fiesta deportivista. Fue genial, muy muy divertida, teníamos precios muy asequibles en la comida, y yo pude pinchar música”.
Casi 24 horas después, en Al Sur de Riazor seguimos viviendo este sueño. Gracias a todos los asistentes ayer por hacerlo posible. Gracias también al Museo de la Tapa por su atención y su espacio para la fiesta del deportivismo. #GranadaBranquiazul pic.twitter.com/jlKy9scPnr
— Al sur de Riazor (@SurdeRiazor) February 11, 2019
Entre tanto buen rollo, también hubo un hueco para la afición rival. “Tuvimos confraternidad con peñas granadinistas, algunos se acercaron a saludarnos y compartimos un buen rato con todos ellos. Hasta pusimos el himno del Granada. Todo en un ambiente de cordialidad y respeto. Nada de piques ni malas rollos. Somos divertidos, pero responsables”. Tanto, que se les fue de las manos. “Tuvimos que cortar la música, el partido empezaba a las 6 y eran las 6 menos veinte y la gente todavía no se había ido”.
Pero si la convivencia fue buena, el partido la superó con creces. Y lo rememora el propio Edu. “El gol del Deportivo ya fue el acabose. Fue alucinante”. Habituados a celebrar desde la distancia, los peñistas festejaron la victoria por primera vez en casa. Eso sí, con sufrimiento. «Los 4 minutos de descuento nos parecieron 6 meses«, pronuncia entre risas. «Se vivió con angustia. Mi hermano no paraba de abrazar a la presidenta de la peña y de gritarle: «Presi, presi, ¿vamos a ganar el partido?» Y ella: «Que sí, Guillermo, tranquilo». La verdad es que fue tenso, pero muy satisfactorio».
Antes de colgar la llamada, le pregunto por los siguientes desplazamientos que tiene programados la peña. Habla con tanto entusiasmo de ese tema, habla con tanto entusiasmo de una ruta de 6 horas en autobús, que es imposible no recogerlo en estas líneas. «Aunque suene muy tempranero, ya se está organizando el viaje a Soria, que es en la última semana de abril. Para que veas cómo vivimos los colores del Deportivo. ¡Que estamos aquí abajo del todo, eh!«. Y tanto que sí. A más de mil kilómetros de A Coruña, muy Al sur de Riazor, también se respira deportivismo. Habría muchas maneras de resumirlo, habría distintas formas de intentar sintetizar con palabras su pasión. Y probablemente ninguna lo explicaría tan bien como lo hace el propio protagonista: «Felicidad absoluta».
🎤🎤 Al Sur de Riazor, siempre sale el sol 🎤🎤 pic.twitter.com/Da76zLEGLd
— Al sur de Riazor (@SurdeRiazor) February 11, 2019