A tenor de los últimos resultados, el equipo blanquiazul no pasa por su mejor momento. El seno del deportivismo se ve dañado por unos rasguños que, por el momento, tienen remedio.
Ocho días, tres partidos, cero puntos. Un balance del que poco más se puede comentar. Después de unas jornadas comprimidas en poco más de una semana, queda tiempo para que tanto equipo y afición se tomen un respiro y refresquen sus ideas. Queda mucha Liga todavía y todo por verse, pero la vía pacificadora pasa obligatoriamente por sumar en los próximo encuentros y conseguir puntos para cerrar heridas. De lo contrario, se necesitaría cirugía cardiovascular para revertir la situación. Menos mal que la afición está curtida en todo tipo de dolencias…