Los duelos entre Deportivo y Real Madrid en Riazor dejaron para el recuerdo anécdotas e imágenes imperecederas que quedarán para siempre en las retinas de los aficionados.
Riazor tiene un aura especial. Bajo el aspecto vetusto que le confiere una estructura ajada por el paso del tiempo, el feudo del Deportivo se quita años durante los fines de semana para recordar que, durante casi dos décadas, fue el hogar de un conjunto memorable que se ganó el respeto en España, peleó con ahínco en Europa y se sumió a continuación en una peligrosa montaña rusa de la que ahora busca apearse. Riazor fue un fortín, y eso lo sabe mejor que nadie el Real Madrid, un equipo que tardó hasta 17 años en abatir a los coruñeses en sus dominios.
Los encuentros entre herculinos y merengues eran –y son- una cita subrayada en rojo en el calendario de la Liga. Un Deportivo-Real Madrid siempre fue sinónimo de espectáculo. De pelea. De imprevisibilidad. Y en el eterno juego entre el fuerte y el débil solía marcar diferencias el jugador de barrio, ese que siempre veía en las grandes ocasiones una oportunidad para destapar el tarro de las esencias. Djalminha y Guti, entre otros, fueron dos de los futbolistas que dejaron su sello en Riazor.
El jugador criado en el Palmeiras solía dejar el esmoquin para los días clave. Los derbis le gustaban, pero parecía sentir predilección por guardar su mejor repertorio contra rivales de primera línea. El Real Madrid fue otra víctima de sus diabluras. Era el día 6 de febrero del año 2000, y Djalma Feitosa Dias tardó exactamente seis minutos en inventarse una ‘lambretta’ en las cercanías del área que dejó clavados a Iván Helguera, Aitor Karanka, Miguel Sanchís y Fernando Hierro. El balón llegó a Víctor, que tiró a puerta, pero se encontró con la oposición de Roberto Carlos. Dio igual, 12 minutos más tarde, el mediapunta brasileño lanzó con maestría un libre directo y anotó el 2-0 para los coruñeses. “No tiene miedo”, exclamaba Carlos Martínez, comentarista del partido.
Sin embargo, la fabulosa actuación del internacional canarinho sobre el campo también incluyó un duelo dialéctico con Raúl, que le recriminó al final del encuentro el inesperado regate efectuado por el paulista en los instantes iniciales del choque. “¿Por qué haces esas tonterías?”, inquirió Raúl. “Porque soy jugador de fútbol. Tú metes goles, pero yo soy jugador de fútbol”, contestó Djalminha. Ambos volvieron a verse las caras un año más tarde, cuando Deportivo y Real Madrid pugnaban por el título de Liga. En aquella ocasión, un empate a dos goles bajó el telón a un duelo que tuvo de todo. Dos penas máximas –con Guti y Djalminha provocando las mismas-, un tanto en propia puerta –el de Hélder Cristovão– y un arreón final que permitió al Deportivo equilibrar la contienda con un tanto de Diego Tristán cuando apenas quedaba aliento para más.
La euforia creada por los choques entre coruñeses y madrileños encontró en Julián De Guzmán otro nombre a guardar en la memoria. Corría el año 2008, y el jugador canadiense dejó su particular apuesta para el encuentro: “Si le marco al Madrid puedo aguantar un año sin tener sexo”. El combativo centrocampista norteamericano, que anotó su primer gol en la liga española precisamente ante el Real Madrid –en octubre de 2005-, no tuvo que cumplir finalmente su palabra, ya que el Deportivo se alzó con la victoria gracias a un tanto en propia meta de Pepe. Con todo, buena parte de los espectadores siguieron de cerca su trabajo de aquella tarde, especialmente cuando se acercaba a las inmediaciones del área.
Apenas dos años después, el Real Madrid dejó atrás el maleficio que le separaba del triunfo en Riazor, y lo hizo por medio de una buena actuación de Guti, convertido por aquel entonces en una de las alternativas ofensivas de un Manuel Pellegrini que había perdido por sanción al portugués Cristiano Ronaldo para el choque ante el Deportivo. Con Kaká ubicado al costado izquierdo y Guti en la media punta, un pase al hueco del brasileño dejó a Aranzubia frente a frente contra Guti que, solo contra el arquero blanquiazul, decidió efectuar en el último instante un taconazo que facilitó el tanto de un criticado Karim Benzema, que llegaba desde atrás. Fue la penúltima imagen de un desafío entre dos equipos que, a buen seguro, dejarán más detalles para la posteridad.