El fútbol empieza a asomar la cabeza en medio de la pandemia mundial generada por el COVID-19 y el primer país en el que ha vuelto a rodar el balón ha sido Alemania. Más de dos meses después la Bundesliga retomó la competición este sábado en medio de unas excepcionales medidas de seguridad. Un atípico regreso del que fue partícipe Vasilios Lampropoulos, futbolista blanquiazul que milita en el Bochum en calidad de cedido.
Aunque todas las miradas estaban puestas en la vuelta a la competición en la Bundesliga, el verdadero pistoletazo de salida tuvo lugar en la división de plata del fútbol germano. Uno de los partidos en cuestión fue el duelo entre Bochum y Heindenheim disputado en el Vonovia Ruhrstadion. Un choque que enfrentaba a dos equipos con objetivos totalmente opuestos y que se saldó con una incontestable y valiosa victoria de los locales.
Pese a tener enfrente a uno de los conjuntos inmersos en la lucha por el ascenso la iniciativa del juego fue para el Bochum. Su buen hacer se vio recompensado muy pronto. Concretamente a los once minutos, con un gol que allanó el camino hacia la victoria. Un segundo tanto a la media hora de juego sirvió para ampliar distancias y otra diana mediado el segundo acto acabó por redondear el resultado. Tres puntos que sirven para alejar un poco más del descenso a los de Thomas Reis y que vino acompañado por la satisfacción de dejar nuevamente su portería a cero.
Esta mejoría en las prestaciones defensivas del Bochum ha coincidido con la aparición en escena de Vasilios Lampropoulos. El internacional griego tardó más de un mes en estrenarse en el fútbol germano, pero su debut parece haber contribuido de forma decisiva a poner freno a la sangría de goles encajados por su equipo. Y es que, al igual que sucedió en su estreno frente al Darmstadt 98, el heleno dejó muy buenas sensaciones y fue pieza clave en el engranaje defensivo dispuesto por Thomas Reis.
Lampropoulos disputó la totalidad del encuentro y apenas dio oportunidad de lucirse a los puntas rivales. Tanto es así que los visitantes dispusieron de escasas ocasiones de gol y terminaron marchándose de vacío. Y ello pese a la amenaza de jugar con una amarilla a sus espaldas vista en los compases finales del primer tiempo. Así pues, toda una inyección de autoestima para un futbolista al que la fortuna le estaba siendo esquiva este curso y que ahora afronta este extraño tramo final de temporada con ilusiones renovadas.