Tras el empate ante el Nástic, Alfonso Núñez nos trae una nueva columna de opinión para «El Dépor desde la tele» como todos los lunes.
Cuarenta y ocho horas después de que el Dépor perdiera dos puntos en casa ante el Nástic de Tarragona no consigo descifrar la duda que me asalta. Una duda que radica en saber que es más importante a la hora de lograr un ascenso: conseguir una defensa férrea que encaje pocos goles o un tío que las enchufe arriba.
El partido ante el Nástic es el ejemplo perfecto para que todos los aficionados del Dépor reflexionemos sobre la situación. Un gol de Salomao en un latigazo blanquiazul, y un tanto de Aythami tras un regalo del conjunto visitante, son el bagaje ofensivo de un equipo que se agarra a las acciones a balón parado para sumar puntos. En el aspecto defensivo, el partido del sábado nos muestra a un equipo blando que, cuando desconecta, regala dos goles.
Si acudimos a un entrenador y le trasladamos esa duda, su preocupación se centraría en el tema defensivo. Sin embargo, no es menos cierto que, los equipos que lograron el ascenso la temporada pasada, contaban en sus filas con jugadores que superaron la veintena de goles (Rubén Castro, Armenteros y Geijo).
La jornada en general nos deja además la sensación de que este año la categoría está especialmente igualada. Siete empates en once partidos son el ejemplo claro de que conseguir tres puntos es una misión siempre complicada.
Sólo el tiempo nos dirá si el Dépor cumple el objetivo. Lo que han dejado claro estas ocho jornadas es que no estamos en un paseo militar y el equipo sufrirá a lo largo del año. Zé Castro y Riki, deberían tener, siempre bajo mi humilde opinión, un hueco en el once titular de Oltra y con ello buscar un cambio en la dinámica general del grupo.
¿Seguridad defensiva o efectividad ofensiva?