La afición del Deportivo inundó de blanquiazul Oviedo ya desde el sábado. Por las calles asturianas se podían ver numerosas camisetas del conjunto herculino, velando armas para el importante partido del domingo. De hecho, más de 3000 aficionados se dieron cita en el Carlos Tartiere para animar a los suyos.
Y es que en la zona de la Gascona y en todo Oviedo se vivió una fiesta de fraternidad. Aficionados del equipo local mezclados con los visitantes, disfrutando de lo que debe representar siempre el fútbol. Durante los 90 minutos, cada afición animó a los suyos pero siempre desde el respeto.
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