Laureano Sanabria (Madrid, 22 de marzo de 1985) es un futbolista de club. Se incorporó al Deportivo en la temporada 2007/2008 con Miguel Ángel Lotina sentado en el banquillo. Manuel Pablo y Antonio Barragán eran los laterales derechos de la primera plantilla, por lo que tuvo que pelear desde abajo: el Fabril de Tito Ramallo, en Segunda División ‘B’.
Tan bien lo hizo en la categoría de bronce que le llegó la oportunidad con el primer equipo en el último partido de la primera vuelta. Debutó en un difícil estadio como es El Madrigal y cubriendo la banda de todo un campeón del mundo como Robert Pires. El Dépor consiguió adelantarse en el marcador en dos ocasiones, pero acabó cayendo por 4-3 ante la brega y la calidad de los hombres de Manuel Pellegrini. Era un Dépor inestable, con problemas en el vestuario (incidente de Munúa y Aouate) y con la soga al cuello en el aspecto económico. Llevaba el 32 a la espalda y esa temporada Laure no volvió a vestir de blanquiazul en Primera. Al año siguiente ya tuvo dorsal con ‘los mayores’ y eligió el 15. Nunca lo soltó.
Después de que compartiese sus impresiones de la actualidad en rueda de prensa esta semana, en Riazor.org hemos querido conocer sus vivencias en este tiempo como deportivista, recordar su debut y conocer su opinión sobre la planificación de la plantilla.
Han pasado casi ocho años de tu debut en Primera División. ¿Cómo recuerdas aquel partido contra el Villarreal en el que se marcaron hasta 7 goles?
Lo recuerdo con mucha intensidad. Era un momento complicado del club porque además el Deportivo había tenido problemas en el grupo. Para mí fue sensacional debutar, aunque la derrota lo enturbió.
Esa temporada, sin terminar la primera vuelta, en el puesto de lateral derecho habían jugado Manuel Pablo, Barragán y Chapi. ¿Cómo surge la opción de ser titular?
Porque estaba entrenando y jugando muy bien con el Fabril. En aquella época estaba dolido porque parecía que no me llegaba la oportunidad, pero seguí trabajando y me pusieron a entrenar hasta conseguir la oportunidad.
Y te enteras, no sé si en el vestuario o antes, que tienes que cubrir a un campeón del mundo y de Europa como Robert Pires.
El entrenador me dice un día antes que voy a jugar y en el vestuario me entero de que lo cubro a él. Pero es verdad que la confianza en ese aspecto la tenía intacta. Creía mucho en mis posibilidades y había estado muchos años preparándome para ese día.
¿Aún viniendo de dos categorías menos?
Sí, porque había entrenado en el primer equipo con grandes jugadores, también en el primer equipo del Madrid, y tenía la sensación de que podía hacer un buen papel.
En aquel Deportivo había hombres como Munúa, Aouate (fue el año de su incidente), Sergio, Manuel Pablo, Valerón y jóvenes, aunque expertos, como Coloccini. ¿Cómo valoras el paso del tiempo?
Ves esos jugadores y la valoración que haces es que el Deportivo en esa época estaba en un nivel superior. Ha habido jugadores aquí muy muy buenos, que se han ido yendo, pero era porque el Deportivo tenía un gran cartel.
Laure: «Trabajo, preparación, confianza… toda esa información te ayuda a estar en el campo más seguro»
Ahora eres uno de los capitanes de este equipo histórico que es el Deportivo. ¿Qué significa para ti?
Cuando llegué no sabía la grandeza que tenía el Deportivo. Ahora mismo para mí es un orgullo estar aquí y ser un jugador que intenta transmitir los valores y la historia del club. Es todo un privilegio.
Llevas 94 partidos en Primera y tienen que cambiar mucho las cosas para que no pases este año de los 100. ¿Es una meta para un futbolista profesional ser centenario en una liga tan competitiva como la española?
Para mí en verdad no. Los partidos no los miro mucho, al final es una estadística un poco pobre. Hay muchos jugadores que juegan 10 minutos y que suman 300 partidos; habría que mirar las estadísticas de los minutos.
Has vivido dos descensos con el Dépor. ¿Cuál recuerdas con mayor tristeza?
El primero porque creo que teníamos un equipo muy solvente para salvar la categoría. Pero al final llegamos con una dinámica muy negativa al último partido, que fue una auténtica desgracia.
El pasado año os salváis de forma milagrosa. ¿Cuál fue el secreto para ser tan competitivos con Víctor en las últimas jornadas contra rivales poderosos?
Creo que el trabajo, la preparación de partidos, la confianza… En un equipo como el Dépor, que está en mitad de tabla hacia abajo, hay que suplirlo con muchas cosas. Trabajo, conocer al rival, saber lo que te puede hacer. Toda esa información te ayuda a estar en el campo mucho más seguro.
Hay una razón que parece visible: el técnico tiró de aquellos jugadores identificados con el club (Fabricio, Manuel Pablo, Lopo, Bergantiños, Luisinho, Lucas Pérez o el propio Laure) y que sabía que no le iban a fallar.
La experiencia y que hayan jugado ese tipo de partidos siempre ayuda. Pero sí, si luego te sientes identificado con la ciudad y el equipo es un plus, porque en esos momentos siempre sale.
¿Descentra a la plantilla tener un porcentaje tan alto de futbolistas cedidos que el año que viene estarán en otro equipo?
Es una situación complicada. Hay jugadores de todo tipo pero si se desconectan en mitad de la temporada no tienen ese pensamiento del año que viene. Ese pensamiento de «Este es mi equipo». El que tiene un contrato largo o se quiere quedar en el club pelea por lo suyo, que al final va a ser el bien del Deportivo.
Comparado con los últimos años da la sensación de que este año se han hecho los fichajes con mucho más sentido común. Por lo menos todos conocían ya la liga a excepción de Jonathan. Y muchos conocían el club.
Se han hecho muy bien. No quiero entrar a valorar otros años, pero en este el Deportivo se ha movido muy bien en el mercado. Ha traído a gente con un nivel importante y con mucha experiencia. En estos momentos sabes lo que te puede dar Fernando Navarro, Cani y Arribas, por poner un ejemplo, y se lo puedes exigir. Ya tienen un camino andado muy importante que nos puede ayudar.
Decía Simeone en una entrevista en Onda Cero que “lo más difícil del fútbol es sentir pertenencia por un club y sentir la esencia de ese club”, que esto da un plus dentro de la plantilla. En este caso regresan Pedro Mosquera y Lucas Pérez, dos coruñeses con un nivel muy alto además. ¿Son importantes dentro del vestuario?
Sí, sí lo son. Porque además de que son gente que juega muy bien al fútbol y tienen un gran nivel, están identificados con el club y con la ciudad y se encuentran cómodos en casa. Nos dan mucho los dos.