El Informe Robinson del SuperDepor tuvo un impacto brutal en todo el panorama nacional. Además de las miles de reacciones de aficionados blanquiazules en redes sociales, radios como la Cadena Cope quisieron escuchar las impresiones de algunos de sus protagonistas. Por ello, Juanma Castaño entrevistó a Augusto César Lendoiro y Paco Liaño.
El ex presidente arrancó con una frase muy repetida en estos días. «Todo el mundo era del Dépor en esa época. Era un sentimiento nacional, hasta muchos culés querían que ganara el Dépor. Representábamos al pobre y era un equipo que jugaba muy bien al fútbol e hizo un gran campeonato que perdió en el último segundo. Todo el mundo lloró porque deseaban que el pequeño ganara al grande».
Augusto reconocía que su teléfono no ha dejado de sonar desde que terminó la emisión del documental. Son días de muchos recuerdos y emociones. «Recuerdo que tanto la afición como la plantilla se fueron a celebrar la derrota. Nuestra celebración acabó a las 10 de la mañana. Cualquier otro equipo habría anulado esa cena pero nosotros quisimos celebrarlo. A los cinco minutos de fallar el penalti estaba convencido de que ganaríamos una Liga. Pudimos ganar alguna más pero nos damos por satisfechos».
Augusto se emociona al recordar los inicios de aquel equipo de ensueño. «Pasamos de 5.000 aficionados a 30.000 y parecía que aquello nunca se iba a acabar. Por desgracia todo pasa muy rápido y se termina pero estoy convencido de que los jóvenes tendréis la suerte de ver si el Deportivo regresa otra vez a ese nivel y vuelve a marcar una de las páginas más bonitas del fútbol español».
En ese mismo programa también pudimos escuchar a otra pieza clave en ese equipo: Paco Liaño. El portero se mostraba claro y tajante: «Me ha encantado el documental y pienso verlo muchas veces. Me fastidia que Djukic haya pasado a la historia por fallar un penalti y no por el pedazo de jugador que era. Lo más importante de ese equipo y de este reportaje es que está centrado en el sentimiento y la emoción que despertamos en la ciudad y el fútbol español».
El ex portero aseguraba que lo había visto junto a su mujer y sus hijos y que no había podido evitar derramar alguna lágrima. «Era una época donde todo era mucho más natural. Íbamos al estadio caminando desde nuestros hogares. Todo ha cambiado mucho y creo que fue un fenómeno social de una ciudad que se volcó por completo con un equipo».