Augusto César Lendoiro, presidente del Deportivo durante más de 25 años, fue el protagonista del programa O gato con Botas, emitido la pasada noche en la TVG. Manuel Manquiña, en el papel de presentador, le realizó una entrevista en la que el invitado mostró su lado más personal y pudo repasar varios momentos de su mandato al frente del club herculino. También anunció que, actualmente, trabaja en la redacción de sus memorias y las publicará en octubre.
El de Corcubión siempre ha sido un personaje peculiar. Con quince años ya presidía el Ural, estudió Derecho y llegó a ser gerente del Colegio Liceo La Paz. El mejor Liceo de hockey sobre patines de la historia, campeón de España y de Europa, también se gestó bajo su dirección. Y todo esto antes de que se consumara el comienzo de su matrimonio con el Dépor en 1988.
«Llegué a la presidencia de un equipo que estaba hundido y se había salvado de milagro de descender a Segunda ‘B’ con el gol de Vicente. Poco después ya estabamos en las semifinales de Copa del Rey, cuando nos robaron en Valladolid. Y un año más tarde ascendimos a Primera División«. De este modo resumió Lendoiro sus primeros años en el Deportivo, mientras compartía con Manquiña una copa de cava. Curiosamente, la bebida reposaba en una cubitera obsequiada por el presidente del PSG, el día de la famosa remontada.
«En Murcia todavía creen que nosotros provocamos aquel incendio«, bromeó Lendoiro al recordar el incidente sufrido por la cubierta de Preferencia el día de la fase de ascenso. Por suerte todo llegó a buen puerto y pudo asomarse al balcón de María Pita para celebrar la llegada a Primera División y entonar su famoso «¡Barça, Madrid, ya estamos aquí!«.
Tras salvar un nuevo descenso a Segunda División en una dura promoción contra el Betis, llegaron Mauro Silva y Bebeto para cambiar la historia moderna del club. «Cuando Donato todavía estaba en el Atlético se encontró con Mauro y le preguntó qué hacía en España. No se lo podía creer cuando le dijo que se venía al Deportivo«, explicó. En el caso de Bebeto, hubo que «convencer principalmente a su mujer. Le explicamos que Coruña era como una pequeña Copacabana, le enseñamos unas fotos fantásticas y la convencimos».
12 años de éxitos y el fin de un proyecto
El momento más amargo de la década de los noventa para el deportivismo fue la liga perdida en la temporada 1993/94 con el penalti de Djukic. Sin embargo, Lendoiro prefiere guardar un recuerdo positivo de aquel día. «La gente fue a Cuatro Caminos como si hubiéramos ganado. Nosotros nos fuimos a cenar y a media noche también empezamos a sentirnos como ganadores«, recordó. Además, los jugadores blanquiazules tuvieron la ocasión de vengarse al año siguiente en la final de la Copa del Rey ante el Valencia,en un partido en el que «caían bolas de granizo como pelotas de golf«. Así, el Dépor ganó el primer título de su historia.
En la temporada 1999/2000 el club se proclamó por primera vez en su historia campeón de Liga, pero el entonces presidente recuerda con más cariño el partido del ‘Centenariazo’. «Recuerdo al alcalde de Madrid diciéndole a la gente que cuidaran La Cibeles. Realmente el Deportivo le hizo un favor a su patrimonio«, comentó con una amplia sonrisa.
Luego llegaron los grandes años de Champions, las gestas históricas, pero todo lo bueno tiene un precio que se termina pagando. «Para mantener aquel equipo pasábamos una dificultad muy grande. En el fútbol lo peor que te puede pasar es un descenso. Nosotros vivimos el nuestro particular al dejar de clasificarnos para la Champions. El segundo llegó con el descenso de categoría, varias temporadas después» explicó Lendoiro.
En este punto se llegó al fin definitivo de los éxitos y las noches de gloria. Sin embargo, quiso concluir el repaso a su trayectoria haciendo hincapié en que nunca temió por la desaparición del equipo debido a la mala situación económica que atravesaba. Ni siquiera aquella desasosegante noche de hace tres años. «Nunca temí por la desaparición del club. Se ha hablado mucho sobre aquello pero el tiempo me dio la razón», zanjó.