Augusto César Lendoiro, expresidente del Deportivo, recuerda una de las noches más grises de la historia del club: la noche del penalti de Djukic. Una noche en la que se escapó una Liga, pero donde se forjó la leyenda de un equipo que años después sí se haría con el título regular. Demostrando que los blanquiazules son de otra pasta, el plan de ir a cenar tras el partido se mantuvo. «Celebrábamos haber perdido una Liga de penalti en el último minuto. Al principio, nos costó entrar en calor. Después, nos costó acostarnos. Yo, para ser fiel a mis principios nocturnos, salía con mi mujer de la discoteca a las diez de la mañana», palabras del que fuera presidente herculino a EFE.
Cuando se cumplen 25 años del penalti de Djukic, Lendoiro echa la vista atrás de un partido que «pasará a la historia del fútbol mundial, porque no existe otro caso. Sirvió para que al Deportivo lo quisiesen y conociesen millones y millones de aficionados de todos los países. Nos hizo un mito«. Y además, hace una lectura positiva de ese día, «positivo fue todo lo que vino después, el cariño generalizado del mundo del fútbol y que España nos pagó en el 2000 la Liga que nos debía«.
En cuanto a si se ha valorado de forma merecida ese momento en la historia, Lendoiro cree que así es aunque faltando algo. «Quizás falte una película que recoja ese instante épico que evitó que todo el mundo futbolístico disfrutase del justo triunfo de un club modesto de una pequeña ciudad. Claro que cambiamos un título de Liga por un cariño del aficionado al fútbol para toda la vida. Creo que en el cambio salimos ganando».
El gran debate ha sido siempre si el Deportivo hubiese ganado la Liga eligiendo a otro lanzador de la pena máxima. Cabe recordar que Donato había sido sustituido y que Bebeto había fallado varios penaltis esa temporada. «Ahora es fácil decirlo, pero, una vez que Donato había sido sustituido, quizás habría sido bueno llamar a todos los jugadores y preguntarles quién estaba entero para lanzar un penalti que valía una liga. Pero lo dicho, desde el sillón es muy fácil». Palabra de Lendoiro.