Jesús Sobrino, de Radio Marca Coruña, se pasará de vez en cuando por Riazor.org para opinar de la actualidad deportivista.
Llevamos sólo tres jornadas de Liga y se percibe en el ambiente deportivista que hay demasiadas dudas en torno a lo que puede ofrecer el equipo de Mel a lo largo de la temporada. La inseguridad defensiva, los errores individuales, los problemas en el mediocampo, la falta de concentración en algunos momentos y los errores en la lectura de los partidos desde el banquillo están provocando que la ilusión del verano se haya convertido en preocupación constante en este arranque liguero. Y eso, sin duda, no es una buena señal.
Afortunadamente, y a la vista de las declaraciones de los jugadores, el pesimismo que ofrecen los resultados ante Real Madrid, Levante y la Real Sociedad para la hinchada no se ha instalado en el vestuario, que sigue confiando plenamente en su aptitud para llevar al conjunto blanquiazul a la zona media de la clasificación. No debemos olvidar que ese es el objetivo marcado por el club para este curso y que venimos de una temporada cargada de negatividad futbolística en su parte final. Por eso, el sábado tenemos por delante un partido que debe revivir a este bloque. Pepe Mel va a introducir algunos cambios en su once y también debe haberlos en la forma de juego del equipo. Hasta ahora, nos seguimos haciendo la siguiente pregunta: ¿A qué juega el Depor? Y sin tener claro este concepto, no llegarán las victorias.
A pesar de estos datos muy poco halagüeños, el nivel de los fichajes y de buena parte de los futbolistas que ya estaban aquí es suficiente, a priori, para no encender las alarmas. El Villamarín es una buena parada para que los coruñeses consigan su primera victoria y le vuelvan a dar alas a una afición que no se rinde, pero que está hambrienta de triunfos y de alegrías. Si Mel y los suyos están a la misma altura que la hinchada blanquiazul, los tres puntos viajarán seguro hacia A Coruña.