Raúl García y Chirri participan en casi todos los partidos de sus equipos mientras que Felipe Ramos no corre con la misma suerte.
Raúl García, el indiscutible
El coruñés es un fijo en los planes de Óscar Cano, el entrenador de la UD Melilla. Desde que alcanzó la titularidad en la tercera jornada, el de Cuatro Caminos es una de las piezas clave de una plantilla que lucha por alcanzar los puestos de ascenso a Segunda División. El equipo norteafricano se encuentra ahora mismo noveno a seis puntos del objetivo.
El jugador cedido por el Deportivo, que en una reciente entrevista para Riazor.org se lamentaba de que ahora mismo podría tener minutos con el club de su ciudad, no está perdiendo el tiempo y acumula ya 1439 minutos sobre el campo. Se perdió las dos primeras jornadas, pero en la tercera se hizo con el puesto y ya no lo soltó. Tan solo se perdió un minuto en la jornada 15 por una expulsión por doble amarilla ante el Puertollano y el partido posterior por la consiguiente sanción.
Todavía no ha marcado pero de sus centros nacen muchas de las jugadas de peligro de su equipo, que aprovecha su profundidad para sorprender a las defensas rivales.
Felipe Ramos, el suplente
Más problemas está teniendo Felipe Ramos. El portero, cedido en el Mallorca B, ha jugado cinco encuentros en los que ha recibido solo tres goles, pero la fuerte competencia con Yeray, tercer guardameta de la primera plantilla, le está privando de minutos. Las oportunidades de Felipe llegaron por lesiones ajenas, ya sea del propio Yeray o de los porteros del primer equipo, pero la buena noticia es que cuando las tiene las está aprovechando. Su equipo se mantiene en la zona tranquila de la tabla en el grupo III de la Segunda B.
La mejor noticia para el meta es que la afición pide su titularidad. Tras una sensacional actuación ante el Reus, con penalti detenido incluido y rebautizado como «San Felipe» por los diarios locales, el técnico bermellón ‘Nano Soler’, volvió a contar con Yeray ante el Denia. El 4-0 en contra y la mala actuación del balear hace que la afición pida a gritos el regreso de un Felipe que cada vez que juega cumple con creces.
Chirri, el revulsivo
Por su parte, Chirri, cedido en el CD Teruel, club inmerso en el mismo grupo que el Mallorca B, cuenta con el cartel de revulsivo en su equipo. Ha jugado 17 partidos, pero solo cuatro como titular. El extremeño aprovechó sus 540 minutos para lograr dos tantos y acumular dos tarjetas amarillas. Su primer gol llegó de forma cruel, ya que entró en el minuto 83 ante el Valencia B, logró el empate a dos en el 87 y en el 88 vio como los del Turia se imponían por 3-2. El otro tanto sirvió para rubricar el 4-0 final ante el Ontinyent.
El futbolista maravilló en los primeros amistosos que disputó en la pretemporada, pero una inoportuna lesión al final de la misma cortó su progresión y ahora lucha por hacerse un hueco en el once inicial. Es el jugador número 12 del equipo pero confía en que sus cualidades le permitan ser algo más en la segunda vuelta y ayudar a los suyos a mantener la categoría. La afición está de su lado.