Pregunta: ¿Cómo está viviendo Lotina el fútbol después de cuatro años intensos a pie de campo?
Respuesta: Me hacía falta verlo desde fuera, con más tranquilidad y objetividad. Veo mucho fútbol, veo entrenamientos de Bielsa que es una novedad en España. Estoy muy a gusto ahora mismo.
¿Le ha defraudado este fútbol, otrora deporte con mayúsculas, y convertido hoy en negocio?
Evidentemente. Ha cambiado mucho. Antes el fútbol se mantenía con los aficionados y con los socios. Era un porcentaje altísimo de los presupuestos de un club y ahora lo máximo lo supone la televisión. Eso ha hecho cambiar demasiado el fútbol y junto a la idea de las Sociedades Anónimas no ha beneficiado. En su momento fue una idea buena para solucionar las deudas de los clubes pero no se ha llevado con la seriedad que tendría que haber sido. Eso ha conllevado que ahora estemos peor que en los 90, cuando se obligó a los equipos a convertirse en S.A.
«De cara al exterior el entrenador es el máximo responsable pero en el vestuario el jugador debe de pensar que la responsabilidad es de todos»
El fútbol ha cambiado y el papel de los entrenadores también. Cada vez más presionados por los resultados y por los medios. ¿Por qué ponerse al frente de un vestuario ante este panorama?
Para la prensa y para los aficionados el entrenador es el primero en las derrotas y el último en las victorias. Siempre ha sido así aunque antes el entrenador tenía más peso. Ahora en 15 días a cualquiera se le pone en entredicho. Es un poco nuestro carácter latino. En los países nórdicos se le respeta más. En la liga española o en la italiana el entrenador no tiene demasiada fuerza. Aún así, el que es entrenador lo es porque le gusta, le compensa y llevar un grupo y hacer que un equipo juegue como a ti te gusta es muy gratificante.
¿Se ha sentido infravalorado y presionado en su último año en A Coruña?
No, no especialmente. El entrenador debe asumir responsabilidades cuando las cosas van mal. El único inconveniente es que los futbolistas piensen de forma inconsciente: ‘ya tenemos un responsable’. Pensar que ellos no son responsables. La responsabilidad debe ser compartida. Un entrenador debe de ser el máximo responsable de cara al exterior pero en el vestuario el jugador debe de pensar que la responsabilidad es de todos.
Sin embargo al finalizar el partido de Gijón se le vio especialmente alterado, como si de repente sintiese sobre sus espaldas todo el peso de la responsabilidad de un posible descenso.
En ese momento vi que nos habían mandado a Segunda. Sigo pensando que ese partido nos descendió y moriré pensando que un árbitro se puede equivocar pero tiene que salir a un campo a impartir justicia. Por lo que fuese, no puede salir a favorecer a un equipo o a perjudicar a otro. Aquél día no salió a impartir justicia. El daño que nos hizo fue que el Dépor descendiese.
«Asumí la responsabilidad del descenso y quité responsabilidad a mucha gente que tenía que quedarse ahí y que era importante»
Aún quedaban partidos…
Tuvimos más partidos pero si ganamos aquél, el Dépor estaría en Primera. Aquél partido lo debimos ganar sí o sí. En aquél momento me di cuenta de que el daño era muy peligroso. Al final de temporada también hubo resultados muy extraños que nos perjudicaron todos. El de Gijón el que más. Nos hubiéramos salvado seguro. Por decisiones ajenas y sin merecerlo un equipo histórico se iba a Segunda División.
Muchos también señalan la derrota en La Romareda como otro partido clave. Sobre todo por la actitud y por el cruce de declaraciones posteriores. ¿Se perdió algo más que tres puntos?
Los entrenadores tenemos escusas y los jugadores también. La responsabilidad es de todos y en La Romareda perdimos un partido que es difícil de explicar. De todas formas, cuando se pierde siempre empiezan a aparecer cosas y especulaciones.
Se habló mucho del compromiso de sus jugadores. Muchos de ellos se fueron del Deportivo y hoy se caen de las convocatorias de sus equipos. ¿Había realmente una plantilla tan buena como aseguró en pretemporada?
Yo sé lo que era. En algunos aspectos no, pero en otros era buen equipo. Tenía un gran ambiente de vestuario, entre otras cosas. Circunstancias ajenas nos llevaron a Segunda pero era un buen equipo y los había mucho peores. No merecía descender. Si Guardado y Riki hubieran tenido continuidad no hablaríamos de esto. Eran importantísimos. Riki en condiciones normales demostró que puede hacer 10 goles y Guardado era fundamental.
¿Cree que fue un error renovar el último año?
Las decisiones se toman y punto. Yo pensaba que más de tres temporadas no debería de estar. Pero estaba muy a gusto con el vestuario, con la afición y con el presidente. La decisión la tomé pensándolo bien y hablando con quién tenía que hacerlo. Si nos hubiésemos salvado en el partido del Sporting o del Valencia hubiésemos sido décimos. Entonces se hablaría de que hubiese sido una gran temporada del Dépor. Yo estaría encantado y saldría por la puerta grande. No sucedió, son cosas incontrolables del fútbol y sigo pensando que el único día que me ha sobrado en mis en cuatro años en A Coruña ha sido el día del Valencia. Si llegamos a ganar ese día se hubiese recordado mi época como cuatro muy buenas temporadas.
¿Se siente entonces injustamente señalado?
No, sé que el fútbol es así. Uno se tiene que arriesgar, asumí la responsabilidad del descenso y no me arrepiento. Quité responsabilidad a mucha gente que tenía que quedarse ahí y que era importante. Lo hice a conciencia. Era el comportamiento que yo me exigía y aunque sabía que me iba a perjudicar es mi forma de ser. Quería dejar a la gente sin responsabilidad para que hubiese unión en el deportivismo porque tengo muchas cosas que agradecerle al Dépor.
¿Para no recordar, por ejemplo, fichajes fallidos desde Catar o memorables tránsfers que pasarán a la historia?
Sí. Cuando uno ficha por un sitio sabe qué tipo de club es. A mí Lendoiro no me engañó nunca, me dijo que había que rebajar el presupuesto año a año y lo acepté. En los años que yo estuve se vendió a muchos jugadores y el único fichaje importante fue el de Guardado. Se traspasó a Andrade antes de que llegase, a Coloccini, a Xisco, se fue Verdú, Lafita, después Filipe… Yo lo acepté, salió mal pero por verdadera mala suerte.
¿No se siente entonces traicionado por nadie?
No, yo acepté lo que había y toda la responsabilidad del descenso para dejar el ambiente tranquilo. No me arrepiento, las circunstancias fueron negativas y tuvimos muy mala suerte por lo que sea. Hay que aceptarlo y no darle más vueltas.
¿Qué echó de menos de aquél Dépor?
Esos dos partidos clave, el partido del Sporting en el que las decisiones no fueron nuestras. El día del Valencia fallamos ocasiones, pero la no continuidad de hombres importantes hizo que llegásemos a esa situación a final de temporada. Recuerda que hubo épocas en las que estuvimos con una media de nueve lesiones.
¿Pero las lesiones son solo cuestión de suerte?
No lo sé, habrá un poco de todo. Cuando hay tantas lesiones no hay un solo culpable. Técnicos, preparadores, médicos y jugadores. Lo de Filipe fue cuestión de mala suerte, el fútbol es deporte de contacto, pero que haya muchas lesiones musculares sí vendrá de errores, pero no por dejadez. Hablábamos continuamente con los fisios e intentamos evitarlos. Lassad vino antes en la tercera pretemporada, a Riki también se lo recomendamos…
¿Qué le faltó entonces a Lotina para salvar al Deportivo?
No lo sé…sinceramente creía que no íbamos a tener problemas de permanencia. Igual que yo el agosto de la anterior temporada estaba muy preocupado, coincidió que hicimos una primera vuelta excepcional hasta la lesión de Filipe y no pasamos apuros. Esta última temporada, con los fichajes, con los refuerzos en banda, estaba más tranquilo pero se fue complicando todo empezando por las lesiones. En la recta final estuvimos jugando bien pero en ese momento la suerte nos dio la espalda.
¿Fue un exceso de confianza?
Es verdad que cuando un equipo lleva muchos años en Primera uno piensa que algo va a pasar para que el equipo se mantenga. A equipos con tantos años en Primera la clasificación le da avisos y nosotros nunca tuvimos problemas de permanencia en todos mis años. El primer año que los tenemos, descendemos. Hubo resultados rarísimos. El Madrid que no había perdido ningún partido perdió contra el Zaragoza y el Sporting porque ya no se jugaba la Liga. La derrota contra el Zaragoza supuso que dos horas después el Barça se relajase contra la Real. De no ser así el Barcelona ganaría. Si el Madrid se jugase la Liga hasta la última jornada el Dépor estaría en Primera. ¿Conclusión? El empate que le sacamos al Madrid en Riazor nos perjudicó a la larga. Ese punto nos dio mucho menos.
Pero por las mismas el Deportivo sacó un punto del Camp Nou…
Sí…pero las circunstancias no son las mismas. El Barça ya había quedado campeón de Liga pero el Madrid cuando pierde contra el Zaragoza todavía tiene posibilidades. Si el Barcelona llega a jugar a las 18 contra la Real, y el Madrid a las 20 seguramente el Barça se hubiese asegurado el partido. Con ello y con el partido Real Sociedad-Getafe de la última jornada nos hubiésemos salvado.Ten en cuenta que descendimos con 43 puntos y ha habido equipos que se han salvado con 37 puntos. No fue normal.
«Si hubiésemos ganado en Gijón nos hubiésemos salvado y yo hubiese salido por la puerta grande»
¿Cómo cree que se le ve hoy en día en A Coruña?
Mucha gente piensa en el entrenador cuando desciende a un equipo como el Dépor. Igual que se piensa en Irureta cuando ganó la Liga. De todas formas, se recuerda hoy más a Fran o Djalminha de lo que se recordará en unos años a los jugadores que había la temporada pasada.
¿Cree que los caminos de Lotina y el Deportivo se podrían encontrar quién sabe cuando y en Primera?
Yo espero que sí. El Dépor va a ascender este año. Soy muy optimista y optimista con objetividad. El Dépor es el equipo que más me gusta de Segunda y no lo digo solo con el corazón si no con la cabeza. Es difícil y hay mucho que recorrer pero tiene opciones muy serias de ser uno de los dos primeros. Lo de Lotina ya no lo sé. El fútbol nunca sabes a dónde te va a llevar y para mí no es fácil pero también soy un entrenador con un historial detrás y con gente que me conoce. No sé cuánto tiempo tardaré en entrenar.
Pedro Díaz