Lucas Pérez demostró sobre el terreno de juego, una vez más, los motivos que le han llevado a convertirse en el jugador favorito de la afición. El público asistente en Negreira no dejó de jalear cada una de sus actuaciones y el del Barrio de las Flores supo responder con un gran partido que demuestra que su idilio con el gol no se rompe ni siquiera en los amistosos.
Ingresó al terreno de juego al término de los primeros 45′ minutos. Cuando solo se llevaban tres disputados de la reanudación, controló un pase en profundidad y se deshizo de la defensa local en un ejercicio de potencia para batir con un disparo raso y cruzado al guardameta local. Su segundo gol llegó tras cazar un buen balón enviado al área y rematado de primeras tras un gran movimiento de desmarque hacia el primer palo. En las postrimerías del choque, anotaría el tercero en su cuenta particular al hacerse hueco entre varios defensas y ejecutar un buen golpeo lejos del alcance del portero.
Pero sus goles no fueron lo único destacado en su actuación. Participó en el juego combinativo del equipo y mostró un gran entendimiento con uno de los recién llegados, Bruno Gama. Asistió a Oriol Riera y un rechace tras disparo suyo también fue aprovechado para anotar por el delantero de Vic. Al término de partido, se retiró agradeciendo a la afición su apoyo incondicional y escuchando cánticos de «Lucas quédate«.