A los 19 años, Lucas Viña (Barcelona, 1996) recibió la llamada del Dépor para enrolarse en un proyecto que debía llevar al filial a Segunda B. El lateral afronta su cuarta campaña en Coruña y desprende deportivismo en cada respuesta. Esta semana el Fabril se mide al Celta B en la Ciudad Deportiva de Abegondo y Lucas Viña reflexiona sobre la temporada, el fútbol y sus sensaciones, demostrando que a veces uno puede no nacer deportivista pero sí llega a sentir esos colores tras varios años aquí. Mientras espera una oportunidad en el primer equipo, Lucas es uno de los «veteranos» de un equipo que quiere repetir los éxitos del año pasado.
Semana de derbi, semana especial.
Sin duda. Estamos ante la semana que todo deportivista desea que llegue cuanto antes. Por suerte ha sido en la segunda jornada y además aquí, en Abegondo.
¿Llega algo pronto?
Sí, pero si te digo la verdad tengo muchísimas ganas de jugar este partido. El año pasado me perdí los dos por lesión y estoy deseando que llegue el domingo y ayudar al equipo.
¿Cómo está el equipo?
Estamos muy bien. La segunda parte en Madrid competimos realmente bien y estamos deseando jugar delante de nuestra afición y mostrarles que tenemos equipo para competir y acabar lo más arriba posible.
Una pena ese empate en el minuto 94 el otro día.
Sí. Es cierto que la primera parte nos costó y ellos se adelantaron pero en la segunda parte remontamos y jugamos muy bien. Fue una pena ese empate al final pero las sensaciones fueron buenas.
¿Qué esperas de la temporada?
Nuestro objetivo es trabajar con muchas ganas día a día y poder nutrir al equipo de jugadores como ya hicimos este año con Edu y Caballo. Ojalá puedan ser más. Más allá de eso estamos con muchas ganas de competir y acabar lo más arriba posible.
Ha sido una pretemporada con muchos cambios en el equipo.
Hicimos una temporada tan buena que muchos compañeros se han ido. Ha habido muchos cambios en la plantilla pero ha llegado gente con hambre y ya se vio en Madrid que somos capaces de competir ante cualquiera. Esta pretemporada fue dura porque muchos compañeros estuvieron con el primer equipo y nos costó un poco pero ya sumamos varias sesiones todos juntos y eso se nota.
Entiendo que uno de los objetivos de los «veteranos» es mantener el buen rollo del año pasado.
Exacto. Para mí uno de los aspectos más importantes en el fútbol a día de hoy es ser un equipo. Si tú estás cansado en el minuto noventa, el buen compañero hace el esfuerzo por ti. Al principio cuesta pero debemos ayudar a los nuevos a generar esa sensación de familia y sacrificio por el compañero.
¿Qué tal con Tito Ramallo?
La verdad es que muy bien. Uno siempre llega con incertidumbre ante un cambio pero para eso está la pretemporada. Nos hemos acostumbrado muy bien a él, y estamos encantados con el trabajo.
¿Qué te pide?
Jugamos con un 3-4-3 por lo que los carrileros necesitamos profundidad y echar una mano atrás. Me ha transmitido mucha confianza. Soy un jugador que en el campo lo da todo hasta que llega el final y no puedo más.
¿Notáis el cambio de rumbo que busca el club?
Sin duda. El objetivo primordial es nutrir al primer equipo de jugadores. El año pasado lo hicimos muy bien y queremos repetir sensaciones sobre el terreno de juego sin olvidar que lo principal es ayudar en lo que podamos al primer equipo. Es difícil pero lucharemos por eso.
¿Cómo fue el verano para ti?
Yo acabé lesionado del quinto metatarsiano así que me pasé parte del verano recuperándome de la lesión. El resto no me preocupaba mucho. Yo soy jugador del Fabril y si el primer equipo me necesita en algún momento, aquí estoy y daré el 120%. Mientras eso no llega trabajo a tope para jugar y hacerlo bien en el Fabril y luego ya se verá.
Me siento valorado por el club y voy a pelear por esa oportunidad en el primer equipo
Llevas ya tres temporadas aquí. ¿Te lo imaginabas cuando llegaste?
La verdad es que no. Salí de la Damn, un equipo que solo llega hasta juveniles y cuando salió la opción de venir aquí me impresionó un poco pero me he sentido muy querido desde el primer momento. En el campo intento compensar todo lo bueno que me ha dado este club desde el primer día.
¿Cómo recuerdas ahora ese cambio?
El cambio fue espectacular. Allí estaba muy cómodo, competía ante gente de mi edad y tenía a mi familia y amigos. De repente llegó esta oportunidad y no es fácil marcharte a mil kilómetros de casa. Reconozco que al principio fue un poco duro por todo eso pero con la ayuda de la directiva, compañeros y el apoyo de la afición todo fue mucho más fácil. La verdad es que con el paso de los meses te vas adaptando y te asientas y ahora me toca a mí ayudar a los que vienen.
Has logrado ya un ascenso a Segunda B, otra gran temporada en esa categoría.
Todo el mundo sabía que el equipo merecía estar en esta categoría pero no fue sencillo lograrlo. Te mides a equipos veteranos y aunque al principio nos costó y después de la decepción de no subir ante el Navalcarnero llegó el ascenso y la temporada pasada que fue muy buena.
¿Cómo recuerdas el ascenso en Riazor?
Fue increíble. El campo estaba lleno, teníamos un rival difícil y el gol en el último minuto fue una auténtica locura. Son recuerdos preciosos.
Se te nota muy identificado con el Dépor.
Para mí esto es mi casa. Siempre estaré muy agradecido al club y a la afición y estoy encantado de estar aquí.
Y cuajando el año pasado una gran temporada hasta ese freno que supone una lesión.
Sí, y sobre todo en el tramo final. Llegaba el tramo decisivo de la temporada, el playoff, pero bueno, son cosas que pasan y con la ayuda de mis compañeros fue más llevadero. Pero estaba deseando empezar la temporada y sumar minutos.
Vaya banda izquierda la temporada pasada contigo y con Diego Caballo. ¿Qué te parece todo lo que le ha pasado?
Pues no te imaginas lo que me alegro por él. Es cierto que tenemos la misma posición en el campo aunque el año pasado hubo momentos en los que jugábamos juntos y nos entendíamos fenomenal. Éramos compañeros de taquilla y me alegro una barbaridad por él y se merece sin duda estar donde está.
Pone malos centros en Segunda.
No te imaginas. Hablando en serio, los que conocemos a Diego Caballo sabemos de su potencial y el estilo de juego de la categoría le va perfecto. Estoy seguro que seguirá creciendo y ayudando al equipo.
Hace poco renovaste el contrato con el Dépor.
Ya te digo que estoy encantado aquí. Cuando llegué firmé un contrato por dos años pero yo me siento como en casa y quiero darlo todo y esperar una oportunidad para demostrar mi valía en el primer equipo. Me siento valorado por el club y voy a pelear por esa oportunidad.
¿Es importante ver como se asientan compañeros en el primer equipo?
Sin duda. Si ves que el primer equipo no cuenta con la cantera igual te planteas las cosas, pero los casos de Edu y Diego demuestran que se puede llegar. En mi caso me tomo todos los entrenamientos muy en serio y trabajo para el Fabril con la esperanza de poder tener una oportunidad. Tenemos la oportunidad muy cercana.
¿Entiendes a los jugadores que se marchan del Fabril?
Cada persona es un mundo. Habrá quien piense que en otro lado puede estar mejor pero no es mi caso porque soy muy feliz aquí y estoy convencido de que puedo tener una oportunidad pero ya te digo que cada uno toma sus propias decisiones.
Hablamos de tu «veteranía» y solo tienes 22 años.
Sí sí, soy joven y la gente que está llegando también. Estamos aquí compitiendo al máximo para conseguir buenos resultados y ayudar al primer equipo cuando nos necesiten.
Imagino que también estáis deseando enganchar a la gente como el año pasado.
Es que el final de temporada fue espectacular. Nosotros mirábamos a la grada y siempre estaba llena. Era un ambiente increíble y queremos volver a sentir eso. Vamos a competir al máximo, somos como una familia y ojalá la gente se enganche un año más.
¿Sueñas con llegar al primer equipo?
Sin duda. Para mí sería un sueño ser jugador del primer equipo y estar con el Dépor en Primera.
¿Qué te parece la afición?
Es increíble y responde siempre. Da igual que el primer equipo descienda o tenga un mal año que siempre está ahí y todos lo notamos. Es un orgullo tener una afición así y eso engancha. Llevo tres años aquí pero yo me siento un deportivista más.