Aún no había nacido, y ya era famoso. Una curiosa celebración de su progenitor, Bebeto, en el Mundial de Estados Unidos, alertaba al mundo de su llegada. Era el pequeño de tres hijos, y con el paso de los años, se convertiría también en «el sucesor«. Ni Junior ni Stéphannie, sus hermanos, apostaron por el fútbol, tuvo que ser Mattheus el que cargara con el legado de su padre.
Tras un inicio de carrera en su país natal, que incluye varias convocatorias con las inferiores de la Seleçao, llegaría el gran salto a Europa. Así, no sería hasta enero del pasado año cuando Bebetinho cruzara el charco, por vez primera, rumbo a Portugal. En propiedad aún del Flamengo, el futbolista zurdo llegaría cedido al Estoril Praia. En el año de su debut, fuera de casa y lejos de los suyos, las cosas no le fueron como se esperaba, si bien, su proyección, provocó que desde el club canarinho hicieran un esfuerzo por retenerle y ampliar de paso su contrato de cesión por otra temporada más. No se equivocaron.
En su segunda temporada en el país vecino, Mattheus está siendo una de las sensaciones de la Primeira Liga y de un Estoril Praia que ya marcha octavo. Su polivalencia le convierte en uno de los futbolistas más empleados por su técnico, Fabiano Soares. Y es que, en lo que va de campeonato, el menor de los Gama de Oliveira ya ha actuado de mediapunta y extremo -en un sistema 4-2-3-1- e incluso de mediocentro -en otro más equilibrado, como el 4-3-3-. Si a esto le sumamos su juventud -en julio cumplirá veintidós años-, y sus precedentes, su futuro pinta cuanto menos esperanzador.
Así, su mejor actuación llegaría ayer ante el Rio Ave. Pegado al flanco derecho, el ’27’ se estrenó como goleador en el continente que tan feliz hizo a su padre, hace ya más de 15 años. Un doblete suyo invalidó el tanto de otro viejo conocido de Riazor, como Hélder Postiga, y le dio los tres puntos a su equipo ante otra de las revelaciones de la liga lusa. Hoy, las capas de la prensa de Portugal tienen un protagonista claro. Veremos lo que depara el futuro, por si acaso, anoten su nombre. El niño se hace mayor.