Natxo González por fin ha resuelto una de las incógnitas del verano en el Deportivo. Con tantos cambios en la plantilla, con tantas idas y venidas, estaba por ver quiénes asumían la labor de portavoces del vestuario. El técnico había anunciado que esperaría hasta cerrarse el mercado para tomar una decisión y esta semana ha quedado fijado el grupo de capitanes del Dépor en la temporada 2018-19: Pedro Mosquera, Álex Bergantiños, Dani Giménez y Eneko Bóveda.
Poca sorpresa hay en los dos primeros. Ambos coruñeses, en el caso de Mosquera era el único del curso pasado que se mantenía en la plantilla. Su continuidad fue una de las prioridades de Carmelo del Pozo y su paso al frente durante la pretemporada le ha servido para mantener los galones. Tiene el respeto de sus compañeros y su papel sobre el césped apunta a ser importante.
En el caso de Álex seguramente no necesitase un distintivo en el brazo para liderar al grupo. Ya había portado el brazalete antes y su año de ausencia no le ha hecho perder ascendencia sobre jugadores, directiva ni afición. Ha iniciado la temporada como un fijo para Natxo.
Pero el cambio de aires que ha traído Carmelo del Pozo también había que escenificarlo en algo tan simbólico como la capitanía. Ahí es donde entran Dani Giménez y Eneko Bóveda. Prácticamente dos recién llegados que ya se han convertido en piezas clave para el vestuario. El vasco lleva algo más de tiempo. Llegó en enero, pero una lesión le impidió participar. Apostó por quedarse y está contando con la confianza de Natxo, pero más importante aún, también con la de sus compañeros.
Y para finalizar está el portero gallego. Su fichaje levantó alguna duda al principio en cuanto a lo que podía ser su rendimiento, algo que no sucedió con sus declaraciones. Desde su primera comparecencia pública se le vieron tablas de veterano y jugador de equipo, lo que también le ha valido para ganarse un puesto en la cadena de mando con apenas unos meses en A Coruña.