Los movimientos efectuados en el pasado mercado invernal por la secretaría técnica blanquiazul que encabeza Carmelo del Pozo sembraron muchas dudas entre el deportivismo. Y el paso del tiempo no ha hecho más que venir a confirmar que se trataban de dudas más que fundadas. Iñigo López disputó sus primeros minutos con la camiseta herculina en los compases finales del duelo de la semana pasada ante el Numancia. La aportación de Vítor Silva, el último en llegar, se limita a poco más de cien minutos de juego repartidos en cuatro encuentros. Pero si había una incorporación que había generado cierta ilusión y cuyo rendimiento hasta el momento dista mucho de ser el esperado, ese es Nahuel Leiva.
Nahuel llegó procedente del Olympiacos seducido por la idea de lograr el ascenso a La Liga Santander con el Deportivo y gozar de la siempre ansiada continuidad. A sus 22 años, el hispano-argentino busca recuperar su mejor versión, aquella que le llevó a debutar en Primera con el Villarreal con tan solo 17 años. Sin embargo, la experiencia en A Coruña, al menos hasta el momento, no está resultando ni mucho menos satisfactoria.
Su debut con la elástica blanquiazul no se hizo esperar y tuvo lugar frente al Tenerife con unos minutos en los que dejó entrever su verticalidad. Sin embargo, el primer contratiempo llegaría apenas una semana después con su polémica expulsión ante el Granada. Ese lance le supuso dos encuentros de sanción, pero Natxo González demostró la confianza depositada en él dándole la titularidad frente al Alcorcón y Las Palmas. Pese a que los resultados no acompañaron, el futbolista cedido por el conjunto griego fue de los más destacados en ambos partidos.
Con el equipo en plena crisis todo hacía pensar que el hispano-argentino podría ser parte de la solución, y eso llevó a Natxo González a situarlo como enganche ante el Rayo Majadahonda. La apuesta no tuvo el efecto deseado y Nahuel demostró que esa no es una posición en la que se sienta cómodo firmando su peor actuación como blanquiazul.
La derrota ante el cuadro majariego supuso el adiós del entrenador vasco y la llegada de José Luis Martí al banquillo, un cambio que parece tener en el rosarino a uno de los grandes damnificados. En los tres partidos disputados con el balear al frente, la única aparición de Nahuel tuvo lugar en los compases finales de la derrota sufrida ante Osasuna en El Sadar. Desde entonces Martí ya ha probado en las bandas hasta a cinco futbolistas y todo apunta a que dará continuidad en el once a Fede Cartabia y Borja Valle, con Pedro Sánchez como primera opción en el banquillo.
Así pues, Nahuel Leiva acumula 329 minutos en 7 partidos con la elástica blanquiazul, un pobre bagaje que intentará mejorar en la recta final de temporada. Para ello deberá convencer a José Luis Martí de su valía, y ganarse así la oportunidad de disfrutar de minutos de juego con los que reivindicarse. En su mano está el demostrar que puede ser un jugador determinante en la pelea del Deportivo por regresar a Primera.