Natxo González espera que el Deportivo comience a cambiar la mala racha en Oviedo y para ello tendrá un importante as en la manga: el regreso de Carlos Fernández. El sevillano viaja con el alta médica y el técnico ha asegurado que no se cortará a la hora de darle minutos: «Está bien, ha entrenado toda la semana. Después de tanto tiempo seguro que 90 minutos al cien por cien es difícil, pero él enseguida coge tono. Además ha estado trabajado, no ha parado. Ahora hay que arriesgar un poquito más (que en la anterior lesión). Tenemos la seguridad que se le nota en el día a día, en la cara. Corremos menos riesgos que hace un mes».
Mantuvo el secretismo en lo que respecta a un cambio de sistema para volver al rombo, argumentando que la clave es más de sensaciones: «Lo tengo claro. Darle vueltas… todas las que se le pueden dar. El dibujo es un poco el rendimiento individual más que la estructura. Nos estamos refugiando en mejorar cada día. A nivel de intensidad, de toma de decisiones, buscando una mejora para que el equipo fluya y disfrute… cómo volver a ver un Deportivo que vimos hace no tanto tiempo. En eso estamos, más que en la estructura». La intención del técnico es buscar, por encima de todo, la frescura: «Queremos recuperar lo que hemos ido perdiendo, intentar adquirir más fluidez, intensidad… un poco de todo. Sobre todo ir recuperando la alegría que tuvo el equipo y ha ido perdiendo«.
Sigue sin hablar de finales, pero no esconde la importancia de este partido: «Final es cuando no hay vuelta atrás. Pero sí es cierto, y más en la dinámica de resultados que llevamos, que necesitamos ese pasito con victoria. No perdemos mucho, pero no ganamos. Empatar nos mantiene ahí, pero estamos ilusionados con que sea mañana un partido bonito, con mucha gente detrás y en un buen escenario».
En relación con la afición, Natxo también aclaró sus palabras de la pasada semana tras el duelo con el Almería: «No critiqué a nadie. Dije que hay un sector que apoya y otro que no. Y es normal porque quiere ver un buen espectáculo. Pero no critico a nadie. Es lo que sentía. Posiblemente si fuera aficionado del Dépor también estaría de uñas, pero sabemos que los que tenemos que generar aplausos y no silbidos somos nosotros».
Se espera un encuentro muy complicado: «Veo bien al Oviedo. Viene de perder un derbi apasionante, con secuelas a nivel de resultado por todo lo que pasó y también alrededor. Esa derrota es un incentivo para ellos. Es un equipo que compite muy bien y exige muchísimo a todos los niveles. Nos jugamos mucho ambos. Está interesante la cosa».