Natxo González ha preferido no dar la convocatoria para el Deportivo vs Zaragoza hasta mañana, día del partido. El técnico cree que el empate ante el Numancia no ha afectado al ánimo del equipo: «Estamos bien, no ha pasado nada. Hemos empatado un partido. Un partido que íbamos ganando 2-0. Somos un equipo muy fiable, pero en una carrera tan larga hay percances de estas características. He transmitido desde el primer momento que no era ningún drama, lo importante es cómo respondes en el partido siguiente. El equipo está tranquilo».
No le gusta dar pistas al técnico, que de todas formas sí anunció algún cambio en el once: «No lo sé, pero posiblemente sí. Me quedaba el entrenamiento de hoy para tratar de confirmar el equipo, tengo que analizar esas posibles dudas que podía tener, ver lo que hemos hecho hoy porque el día previo me ayuda mucho».
Varios jugadores han señalado esta semana la importancia de defender arriba durante todo el encuentro, pero para Natxo eso debe empezar con tener la pelota durante más tiempo: «Uno de los problemas que tuvimos fue que perdimos demasiados minutos la iniciativa. Entonces puede ocurrir lo que ocurrió. Nuestra intención siempre es esa, pero es cierto que con el equipo no tan arriba al Oviedo le metimos cuatro. Están bien estos análisis, pero hay que ver por qué perdimos tanta iniciativa. Un porqué es que defendimos muy atrás, pero también porque perdíamos el balón muy rápido y no estuvimos bien cuando lo teníamos. Para defender arriba tienes que tener el balón«.
El entrenador blanquiazul se reencontrará con su exequipo en un partido emotivo: «Es especial porque veré a compañeros con los que he convivido hace poco. Hay compañeros y amigos. No es que me dé pena verlo ahí, al final es una competición. Tengo muy claro que va a salir de esa situación. Es un equipo con un gran corazón y en situaciones complicadas eso te ayuda a salir adelante. No tengo dudas de que va a salir, a ver si espera una semana más«.
Sí le toca más la fibra la situación del Reus: «Eso sí que es duro. Se cruzan muchos sentimientos porque han sido siete años en dos etapas allí. Soy el entrenador con más partidos en ese club, he tenido el privilegio de estar en el ascenso a esta categoría, así que imaginad lo que puedo sentir. Entre pena y rabia. Ver a compañeros en un club modesto que siempre ha hecho las cosas de maravilla… no me sorprende porque se venían produciendo demasiados problemas internos, pero sí confío. Tengo todavía una mínima esperanza de que podamos seguir viéndolo en Segunda«.