Natxo González no esconde cierta preocupación con los últimos resultados del Deportivo en Riazor. A diferencia de varios de sus jugadores, el técnico sí ve cosas que necesitan ajuste, entre ellas la presión de jugar en casa: «No sé si afecta, pero es verdad que fuera estamos cómodos. Cuando juegas como local te empuja más a la precipitación, a la obligación de agradar a tu gente y el nivel de activación quizá no sea el adecuado. Pero es lo que hay y jugar en Riazor debe ser un refuerzo, no un castigo«.
Reconoce que hay jugadores que llevan peor ese ambiente: «Habrá de todo. Cada uno somos de una manera y desde nuestra posición tratamos de reforzar todo eso. Hacerle entender que ¿cómo vas a tener miedo de jugar en casa con nuestra gente? Es lo último que nos tiene que pasar. Esto se soluciona con puntos y si hay alguna duda todo vuelve a ser natural».
Esos nervios son los que, posiblemente, provoquen finales de partido como ante el Alcorcón: «Hay que concretar más y mejor qué tenemos que hacer con el marcador a favor en fases del partido como pueden ser esos minutos. Unos quieren ir hacia arriba, ir a por el tercer gol, y otros con más experiencia saben gestionar mejor esos momentos. Lo peor fue el inicio del partido y el final«.
Su clave es no perder la cabeza: «Seguro que hay algo de autopresión, expectativas… no sé en qué porcentaje, pero seguro. Es difícil estar al margen de todo lo que nos rodea. Pero lo más importante es resistir, aguantar y no desviarse. El que más aguante será el que se lo lleve. Es lo que yo siento y se lo transmito a los jugadores. Tenemos potencial suficiente. Llevamos tres partidos sin ganar en casa, pero el triunfo va a llegar. No llegará si perdemos el norte«.
Más allá del aspecto mental, el entrenador blanquiazul también apunta que hay un problema de fútbol: «Con lo que estamos haciendo no nos está llegando para ganar. A nivel estadístico tenemos mejores números que el rival, pero luego está lo que sucede de área a área. Nos falta regularidad y poso, no sé si esa tranquilidad para madurar los partidos y desgastar a los rivales. Volver a lo anterior. Pero eso también depende del tipo de partido que sea. No es lo mismo que el rival esté más replegado que te venga a apretar arriba. Ahí sufrimos más».
Natxo repasó la llegada de la UD Las Palmas y la motivación de hacerlo con un nuevo técnico: «Cuando hay un cambio hay una reacción, a nivel individual y colectivo. Vamos a tener mucha oposición, un equipo importante, con buenos futbolistas y poco margen«.