El fútbol es un deporte donde gana quién más goles mete. No entiende de méritos ni de sensaciones. Y en ese aspecto, en Vannes (Francia), Japón fue muy superior. Lo fue porque España llegó más, hasta el minuto 40, pero con menos eficacia. Y ahí estuvo la clave. Hubo un partido hasta el 0-1, y otro a partir de él. Cada gol de Japón era un golpe para España, que se mostró incapaz de ver puerta hasta el setenta. Y por entonces ya era demasiado tarde.
La Rojita arrancó la final como el resto del torneo: firme, decidida, con un juego vistoso. Superior en los primeros cuarenta minutos creció a través de las internadas por banda derecha de Eva Navarro, acompañadas siempre, desde segunda línea, por Patri Guijarro o Maite Oroz. Primero, la tuvo la balear de cabeza, sin fortuna. Y luego la navarra, con un disparo envenenado que sacó de la escuadra la guardameta visitante. Incisivas, llenas de intención y con las ideas muy claras, las españolas llevaron la iniciativa del juego.
Sin embargo, las Nadeshiko, más eficaces, necesitaron menos intentonas para ver puerta. Y en una jugada aislada, colocaron el 0-1, por medio de Miyazawa. Fue su primer aviso. Corría el minuto 40, y el gol sentó como un jarro de agua fría a las de Pedro López, que en los últimos compases del primer tiempo ya empezaron presencia en ataque y sufrieron más acercamientos de las niponas. No en vano, en el 42’ Takarada pudo ampliar la ventaja, pero apareció Cata Coll. La mallorquina, que junto Nuria fue la única jugadora de Segunda de todo el combinado, sacó una mano prodigiosa. Y evitó que las niponas se marcharan a vestuarios con una ventaja mayor.
Fue temporal. Y una declaración de intenciones por parte de las asiáticas de lo que venía después. Nada más comenzar la segunda parte, las japonesas aprovecharon un error en la salida de balón de España para poner el 0-2. Fue en un uno contra uno. Y esta vez sí, Takarada no perdonó. Si el 0-1 había sentado mal a las españolas, el 0-2 no fue para menos. Y mermó la moral de un equipo que, en todo el Mundial, nunca se había visto por detrás en el marcador. Con el partido ya sentenciado, en el 65′, Nagano hurgó en la herida. Y puso un excesivo 0-3.
Justo ahí, España reaccionó, maquilló el resultado. Y volvió a creer. Y lo hizo tan fuerte que, en un abrir y cerrar de ojos, a punto estuvo de colocar el 2-3 tras un fortísimo disparo de Claudia Pina. Fue un mero espejismo. El larguero lo evitó. Y el marcador ya no volvió a moverse. A los golpes, ganó Japón.
Por su parte, la deportivista Nuria no tuvo minutos en la final, pero su nombre, al igual que el del resto de sus compañeras, quedará para la historia por pertenecer a la primera generación española que llegó a una final del Mundial sub-20 femenino. Más allá de la medalla de plata, cierran un campeonato memorable. Y lo hacen con un mensaje: campeonas de Europa sub-17, campeonas de Europa sub-19 y ahora, subcampeonas del mundo sub-20. Abran paso, el fútbol femenino ha venido para quedarse.
Ficha técnica
España: Cata Coll, Lucía Rodríguez, Berta Pujadas, Laia Alexandri, Carmen Menayo, Maite Oroz, Damaris Egurrola, Patri Guijarro, Eva Navarro, Candela Andújar y Claudia Pina. También jugaron: Pauleta y Paula Fernández.
Japón: Stambaugh, Minami, Takahashi, Hayashi, Miyazawa, Nagano Takarada, Miyagawa, Ueki, Kitamura y Endo. También jugó: Muraoka.
Goles: 0-1, min.38, Miyazawa. 0-2, min.56, Takarada. 0-3, min.65, Nagano. 1-3, min.70, Candela Andújar.