No hubo equipo. Cada uno lo buscó y lo intentó por su cuenta. El Espanyol, con poco, se llevó los tres puntos del duelo de ‘colistas’ y deja al Dépor muy tocado.
El Deportivo perdió una oportunidad única para salir del descenso y dejar a tres puntos a un rival directo por la salvación. Y perdió por no comportarse como un equipo, norma habitual esta temporada en la que abundan las individualidades. Cada uno con la guerra por su cuenta, sin triangular, sin combinar. Falta solidaridad, compañerismo… un cúmulo de circunstancias que dejan al equipo donde está: en el último lugar de la tabla y con mucho que mejorar.
Anoche en Cornellá se vio a un Dépor apático, de espíritu débil y poco combativo. El gol de Simão hundió aún más si cabe a un equipo que ya traía la moral por los suelos. No hubo reacción, ni en el campo ni en el banquillo. Los cambios de Oltra, a pesar de ir perdiendo, fueron de hombre por hombre y la dinámica se mantuvo. Con Juan Domínguez en A Coruña y Valerón en el banquillo, el Deportivo no encontró fútbol en Barcelona y se ahoga en la tabla esperando el nuevo año traiga un cambio en la inercia.
UNO POR UNO:
Manuel Pablo: 3. Se aprovechó de la ausencia por lesión de Laure para disputar su séptimo choque como titular esta campaña. En muy baja forma.
Marchena: 3. Más preocupado de los ‘cariñosos’ roces con Sergio García que del propio partido. Tuvo fallos garrafales.
Aythami: 3. Empezó algo más entonado atrás, aunque poco a poco se fue diluyendo y acabó como el resto de sus compañeros.
Evaldo: 3. No sufrió en exceso con Wakaso, más por el mal juego de este que por su buen hacer. Su colocación en el campo es impropia de un jugador de Primera División.
Bergantiños: 4. Lo más destacado del equipo en la contención hasta su cambio. Echó una mano a los centrales con Sergio García.
Abel Aguilar: 3. Aparece en defensa y en ataque, pero no en el centro del campo que es donde se le requiere. Carece de pausa.
Bruno Gama: 4. El futbolista más vertical del Deportivo apenas hizo daño por el costado de Capdevila. Lo intentó sin éxito.
Pizzi: 2. Muy individualista. Prefiere enredarse antes que dársela a su compañero más cercano. Sus centros, tanto a balón parado como en juego, no llevaron peligro.
Salomão: 3. Buscó el desborde, aunque a chispazos, sin continuidad. Perdió muchos balones y alguno de suma importancia.
Riki: 3. Se resintió durante el partido del fuerte golpe que recibió en la cara de Víctor Sánchez. Le llegaron pocos balones.
Nelson Oliveira: 4. Una pizca de esperanza para la afición blanquiazul. Ayer no estuvo atinado, pero condiciones le sobran.
André Santos: 3. Tuvo 20 minutos para darle otro aire al centro del campo del Dépor y para echar al equipo hacia arriba. Ni la una ni la otra.
Valerón: s.c. No entró en contacto con el balón en los poco más de diez minutos que jugó. Llevó la voz cantante desde el banquillo cuando las cosas se pusieron mal.
EL MEJOR:
Germán Lux: 5. Poco reprochable a Lux esa acción que despeja de puños saliendo de área pequeña y el balón acaba en la cabeza de Simão. Por lo demás, el argentino dio seguridad y tranquilidad. Primer partido que pierde como deportivista.
LAS CLAVES:
1-0 de Simão. El gol del portugués mató al equipo de José Luis Oltra, ya de por sí tocado. No se levantaron los gallegos.
Solvencia perica. Cada vez que los jugadores de tres cuartos del Espanyol combinaban, el Deportivo sufría. Además, necesitó muy poco para no sufrir una vez replegados.
LO MEJOR:
Parón. El parón navideño debe venir bien al Dépor para recapacitar sobre la situación que atraviesa el equipo. Las vacaciones de los jugadores parecen excesivas.
LO PEOR:
Rival directo. La derrota por 2-0 contra un rival directo como el Espanyol puede suponer un duro obstáculo para evitar el descenso debido al golaverage particular.
Imagen, dura realidad. La imagen de apatía y falta de alternativas de José Luis Oltra y sus pupilos anoche no puede volver a repetirse. Aunque quizás es el reflejo de la realidad.