A pesar de jugar con uno más casi toda la segunda parte, el Deportivo no consiguió llevarse un vibrante derbi en el que el los celestes acabaron pidiendo la hora.
Manuel Varela | A Coruña
El Deportivo llegaba a su ‘territorio comanche’ particular tras seis años sin hacerlo en Primera División. Lo hacía teniendo en la retina la épica lograda el pasado año en Balaídos y el balón de moral tras el pulso ante el Barcelona de hace una semana. Necesitados de puntos tras no conocer la victoria desde la primera jornada, los blanquiazules asaltaban el fortín olívico, donde los vigueses habían derrotado ya a Sevilla o Getafe.
El graderío celeste lució más colorido que nunca esta temporada. Una imagen muy diferente a la de la pasada campaña; ya no estaba la parodiada lona ni había tanta presencia coruñesa, algo menos de mil deportivistas en total pero que se hicieron notar. Rugía Balaídos con el himno celtiña cuando los cuadros gallegos saltaban al verde, en donde el único cambio de los herculinos era el regreso del pivote del ascenso con la entrada de Juan Domínguez al once.
Salieron bien plantados los coruñeses dejando tocar a los locales sin consecuencias y subiendo la presión para contenerlos en la medular. Sin embargo, una pérdida de los hombres de José Luis Oltra en el minuto 7 cambió el devenir del partido. Iago Aspas recibió un pase largo en posición correcta, a la espalda de la zaga rival, y tras plantarse ante Aranzubia cedió a Bermejo un balón que no atinó a cortar Zé Castro, y que el cántabro logró introducir en la red tras el rechace del guardameta deportivista para lograr el 1-1.
De ahí en adelante, los celestes fueron un ciclón sobre la meta del riojano ante la impotencia de los coruñeses. Con el paso de los minutos, la posesión del balón cambiaba constantemente en un partido que comenzaba a trabarse. Corría el minuto 28 cuando el ‘mago’ Valerón sacó su varita, zafándose hábilmente de dos defensas y cediendo un pase magistral a Juan Domínguez, que perforó la portería de Javi Varas. La grada de Río Alto estalló teñida de los colores deportivistas con la genialidad del grancanario y enmudeció el resto.
Llegó el descanso con los dos equipos luchando por mantener las tablas en los últimos minutos, mientras Aspas y Marchena coqueteaban con ser amonestados en continuos enfrentamientos. Quedaban aún 45 minutos de fútbol total en el césped de Balaídos.
Con la reanudación, el choque se puso de cara de los de Oltra a los seis minutos luego, después que Cabral viese dos amarillas en tan solo cuatro minutos. El encuentro se volvió loco y los coruñeses se volcaron al ataque, encontrando la respuesta de los sureños con rápidos contragolpes. Un disparo desde el área chica de Iago Aspas y un cabezazo de Oliveira en la portería contraria casi rompen la igualdad, amenazada minutos después tras un gol anulado a Túñez.
Moría el derbi y ninguno de los conjuntos se acercaba con claridad a los arcos rivales. El Deportivo lo intentó más que un Celta que terminó replegándose atrás, sin embargo, no pudo repetirse el milagro del año pasado. Finalmente, el ansiado derbi gallego se selló con tablas, un resultado que contento a ambos equipos.
Ficha técnica:
Celta de Vigo: Javi Varas; Mallo, Cabral, Túñez, Lago; B. Oubiña, Álex López; Augusto (Toni, min.80, M. Bermejo (Samuel, min. 54), Krohn Dehli; Iago Aspas (Park, min.84).Deportivo: Aranzubia; Laure, Marchena, Zé Castro, Ayoze; Álex B., Juan Domínguez; Bruno Gama (André Santos, min. 89), Valerón (Camuñas, min.77), Pizzi; Riki (Nelson Oliveira, min.63).
Goles: 1-0. Mario Bermejo, min. 07. 1-1. Juan Domínguez, min. 28.
Árbitro: Alberto Undiano Mallenco (comité navarro). Mostró tarjeta amarilla a Borja Oubiña, Krohn Dehli y Cabral (2) por parte del Celta. Zé Castro, Marchena, Juan Domínguez y Laure la vieron por el Deportivo. Cabral se marchó expulsado por doble amonestación.
Incidencias: Encuentro de la novena jornada de la Liga BBVA disputado en el estadio municipal de Balaídos. Casi lleno. Unos 900 aficionados deportivistas.