Pablo Marí parece haberse afianzado en el once inicial del Deportivo después de un inicio en el que, sorprendentemente, comenzó en el banquillo. El central lo ve normal: «Todo el mundo quiere jugar y cuando no lo haces no es agradable. Pero esto es muy largo, todos vamos a tener oportunidades y hay que estar ahí para aprovecharlas. Cuando me toca jugar intento hacerlo lo mejor posible. El míster lo ha dicho muchas veces: el que tome las mejores decisiones es el que va a jugar. Tomar buenas decisiones ayuda al equipo».
El valenciano está rindiendo bien a nivel individual y también formando buena pareja con Domingos Duarte, del que no escatimó elogios: «En estos dos partidos me he encontrado muy bien, me estoy asentando en la posición. Domingos te ayuda mucho a estar tranquilo, centrado en lo tuyo, me he encontrado cómodo con él. Con este sistema el míster también intenta darte dos o tres directrices y luego lo dejo todo en el campo».
Su balance del inicio de Liga lo hace desde el equilibrio: «El vestuario está bien de ánimo. Hay que darle mucha naturalidad a la temporada, tanto cuando ganas como cuando pierdes. Ni éramos el mejor equipo de la historia cuando vencimos al Sporting, ni ahora somos los peores tras lo que pasó en Alcorcón. Toca aprender de los errores de la semana pasada e intentar solucionarlos».
Marí está deseando volver a probar la emoción de jugar en Riazor después del triunfo de hace dos semanas y, sobre todo, espera que las obras terminen cuanto antes: «Es una sensación extraña porque tienes ganas de verlo acabado, que todos los seguidores estén cómodos y en su sitio. Pero aún así la afición estuvo con nosotros en todo momento y, cuando esté acabado, tener el estadio lleno será un plus. Es jugar con uno más, también fuera de casa, donde casi tenemos más gente que el equipo local. Eso dice mucho del Dépor«.