El vestuario del Deportivo ha hecho hincapié durante la semana de descanso en la importancia de liberarse mentalmente. Pero, como apunta Pablo Marí, eso no quiere decir que no hayan reflexionado sobre los errores cometidos: «Hemos sido autocríticos siempre, también cuando ganamos. Somos un equipo que quiere hacer las cosas bien para estar arriba. Cuando vas bien no te dejas ir y cuando las cosas van mal no estamos hundidos. Todo lo contrario, estamos más unidos que nunca».
Asegura que no ha visto tan mal al equipo, pero también reconoce que uno de esos factores a mejorar es la constancia: «Los últimos encuentros en casa se nos han escapado por detalles. Intentas tener controlados los 95 minutos, pero juegas contra un rival que también busca sus momentos. Intentamos hacer todo para ganar, pero también entras en dinámicas, en rachas… hay que intentar ir un paso más allá. Intentar que esos detalles no vuelvan a repetirse».
El central le concede mucha importancia al duelo con el Almería, pero no habla todavía de partidos decisivos: «Quizá en este momento de la temporada se puede dar todo por perdido o pensar que se está muy lejos. Pero si lo miras objetivamente, queda mucho. Queda mucho por delante. Tenemos que afrontar el encuentro como si fuera una final, pero por la ilusión y las ganas de cambiar las cosas. Ganas de escalar posiciones y estar tranquilos».
También espera que Riazor sea una caldera el viernes y agradece los ánimos recibidos en el entrenamiento del pasado martes: «Fue maravilloso. Saber que están ahí apoyándonos y poder hablar luego un rato con ellos, sabiendo que vamos todos a una. Eso nos da un plus. Sentirse arropados por la gente cuando jugamos en casa nos da muchísimo. Yo intento animar a todo el mundo a que venga al estadio porque los necesitamos».