120.000 euros. Ese es el valor total de las cuatro multas que la Comisión Antiviolencia propone imponer al Deportivo por la exhibición de pancartas de los Riazor Blues en los cuatro encuentros que el conjunto herculino ha disputado como local hasta la fecha. En otras palabras: 30.000 euros de sanción por cada partido de esta temporada en que la peña, ubicada en la grada de Marathon, ha desplegado sus distintivos. La información la desveló ayer La Voz de Galicia, a pesar de que las multas propuestas no figuran entre las mencionadas por el organismo en las actas sus últimas reuniones, celebradas los días 11 y 20 de octubre.
Lo cierto es que las propuestas de sanción de la Comisión Antiviolencia están dando mucho que hablar en los últimos tiempos, por su cuantía y por el agravio que algunos denuncian al compararlas entre sí. Con los mismos argumentos con que se intenta multar al Dépor («promocionar y favorecer las actividades de grupos violentos») se sugirió un castigo de 120.000 euros para el Sevilla FC el pasado mes de enero. Antiviolencia sostuvo en aquella ocasión que la entidad hispalense había permitido «que se desplegaran dos pancartas de grandes dimensiones en el Fondo Norte cuando las que habían sido autorizadas por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado eran distintas». El texto de esas pancartas, mostradas durante un duelo de Copa del Rey ante el Betis, era el siguiente: «Fuimos para Eindhoven, luego hasta Escocia, pasamos por Italia pa’ conquistar Varsovia… se formó la gozadera».
El club andaluz reaccionó inmediatamente con un durísimo comunicado contra la Comisión, declarándose «profundamente sorprendido e indignado por esta propuesta», al considerarla «absolutamente fuera de lugar, carente de cualquier fundamento y plagada de falsedades e inexactitudes». Además, acusó al organismo de realizar una afirmación «tendenciosa, esperpéntica, rebuscada y maliciosamente disparatada» para justificar la cuantía de la sanción propuesta.
Exactamente en las mismas fechas que aquel Sevilla – Betis se disputó otro derbi en la competición copera, un Espanyol – Barcelona. En uno de los fondos del estadio de Cornellà se desplegaron dos pancartas obviamente dirigidas a Gerard Piqué, jugador del Barça, y su pareja, la popular cantante colombiana Shakira. «Antonio de la Rúa, contigo empezó todo» y «Shakira es de todos» era el texto que podía leerse en ellas. Antiviolencia propuso entonces una sanción de 4.000 euros para castigar un contenido que tildó de «intolerante».
El mes pasado, la Comisión instó a multar con 3.001 euros al Real Madrid por permitir que se introdujese y encendiese una bengala en su partido de Champions League contra el Sporting de Lisboa. En marzo de 2016, sugirió una sanción de 30.000 euros para Club Atlético Osasuna por permitir al grupo Indar Gorri introducir y distribuir folletos en El Sadar, en los que protestaba por las actuaciones policiales contra varios miembros del colectivo. También se propuso en ese momento una multa de 3.250 euros a la entidad navarra por no detectar la introducción de una lata de cerveza con alcohol en su campo durante un partido contra el Lugo. Cualquier hemeroteca rebosa de ejemplos de las actuaciones de Antiviolencia.
En los últimos días también se han comparado estas propuestas de sanción con los 1.500 euros con que se sancionará al Valencia por el botellazo que un aficionado propinó a Neymar mientras el brasileño celebraba un gol de su equipo en Mestalla. Sin embargo, conviene distinguir que detrás de esa multa está el Comité de Competición, dependiente de la Federación Española de Fútbol; caso distinto al de la Comisión Antiviolencia, que depende del Consejo Superior de Deportes. Se trata, por tanto, de procedimientos diferentes, por más que la diferencia en las cuantías llame poderosamente la atención.