«Ninguén sabe de morriña ata que escapa do mar», dice un tuit viral. Patri Carballo (A Coruña, 16 de febrero de 1996) lo ve, asiente con la cabeza, mira a la nada, pensativa, esboza una sonrisa y pronuncia un «pues sí» revelador. En 2012 abandonó Montealto para iniciar una nueva vida en Madrid y ejercitarse en el Centro de Alto Rendimiento (CAR). Aceptar ese reto suponía dejar atrás el fútbol, colgar definitivamente las botas y centrarse las 24 horas del día en ser atleta. Patri había compaginado las dos disciplinas desde la infancia. Y, en aquel momento, se decantó por el atletismo. Hoy, 8 años más tarde, sigue viviendo en la capital, pero ya no entrena en el CAR, lo hace en la Ciudad Deportiva de Valdebebas. Es futbolista del Tacón, en Primera Iberdrola.
La niña de la diadema
Los campos de la Torre son siempre el mejor baremo para calibrar a los próximos talentos del fútbol coruñés. Patri, en su día, fue uno de ellos. En benjamines, en alevines, en infantiles… Cuando jugaba el ‘Orilla’ de la generación del 1996, todas las miradas apuntaban sin discreción hacia ella, hacia la niña de la diadema. Por su zancada. Por la velocidad que le imprimía a cada acción. Tenía algo diferente, tenía un don. Y en Las Rozas ya lo sabían; no pasaba desapercibida.
Por supuesto, en los demás clubes de A Coruña tampoco era desconocido el caso. Y una vez completada su formación en la base, en plena edad del pavo, el fútbol femenino tocó a su puerta. Con 14 años cambió la zamarra de «Naranjas Ibáñez» -mítico patrocinador del Orilla- por la aurinegra del Orzán. Allí goleó durante una temporada y media. Al mismo tiempo, fue acumulando convocatorias con las categorías inferiores de la selección española. E incluso le dijo que no a la llamada de Jorge Vilda -actual seleccionador absoluto- para acudir al Europeo sub-17 con futbolistas dos años mayores que ella. La generación de las Ivana Andrés, Gemma Gili o Alexia Putellas.
Promesa en el fútbol y en el atletismo
No en vano, Patri Carballo guardaba un secreto: además de futbolista, era atleta. Y no una cualquiera, estaba considerada una de las mayores promesas del atletismo español. Desde cría, siempre había compaginado las dos disciplinas; sin embargo, ahora se acercaba una edad crítica para su futuro. Y en su mente, en 2011, ya rondaba una idea, había que tomar una decisión. Aquel Europeo coincidía con un Campeonato de España de Atletismo. Y ella lo tuvo claro: prefirió correr. Era un aviso, un adiós anticipado a la pelota. Un adiós a cámara lenta.
Adiós al fútbol
A la temporada siguiente, la 2011-12, Patri siguió jugando con el Orzán, pero ya no terminó el curso. Antes de que este finalizase, abandonó el club. Motivos laborales trasladaban a su familia ese verano a Madrid, y ella ya había elegido: se mudaba y aceptaba la tentadora propuesta del Centro de Alto Rendimiento, dejaba el fútbol. Una vez allí, en la capital, Patri alternó sus clases -de bachillerato y, luego, de la universidad- con las duras sesiones de entrenamiento. Tres años y medio, desde finales de 2011 hasta junio de 2015. Un subcampeonato de España absoluto en 200 metros, el récord gallego… Y lesiones, muchas lesiones musculares. Tantas que la frenaron. Tantas que dijo basta. Se recuperaba y recaía, y así constantemente hasta que la ilusión se terminó y el deporte pasó a ser un calvario.
Adiós al atletismo y fichaje por el Atleti
En junio de 2015, Patri anunció oficialmente su retirada del atletismo. No aguantaba más. Semanas después firmó por el Atlético de Madrid. Volvía al fútbol. Su idea, en un principio, era jugar de manera amateur, para disfrutar, sin mirar más allá. Pero le sonó el teléfono y le cambiaron los planes. El Atleti -alertado por Manu Sánchez, técnico del Dépor ABANCA- quería probarla. Y después de verla en acción durante 15 días, la fichó para su filial de Segunda. Allí estuvo 2 temporadas. Luego, en 2017, se fue al Tacón, un proyecto ambicioso que quería llegar a la élite. Patri no dudó. En la segunda temporada, y después de un breve paréntesis en USA, el equipo madrileño ascendió a Primera. Un hecho que propició que el Real Madrid comprase el club para convertirlo en su sección femenina.
Ahora, Patri está en la élite. Pero en medio de tantas vueltas de tuerca, hay algo que no ha cambiado: el decorado de su habitación, protagonizado por sus medallas de atletismo. Y su sonrisa a la hora de afrontar cada nuevo reto, sea en forma de lesión o peleándole el puesto a una candidata al Balón de Oro (Sofía Jakobsson). Quizá por eso haya llegado hasta aquí, por recordar de dónde viene, por rehacerse ante cada problema. El domingo regresa a casa la niña de la diadema. Aunque, esta vez, lo hará hecha ya una mujer. Y cumpliendo un sueño: siendo futbolista.
*Este domingo, el Dépor ABANCA recibe en Abegondo al Tacón (12h). Esta serie de textos sobre sus rivales pretenden poner en contexto, explicar de dónde viene y hacia dónde va el fútbol femenino español.