Cuando en el pasado mercado de invierno el Valencia estuvo a punto de llevarse a Pedro Mosquera, todas las alarmas de dispararon en la Plaza de Pontevedra. La continuidad del mediocentro pasó a ser un asunto prioritario en la agenda de Tino Fernández, que para alivio de todo el deportivismo, acabó cerrando su renovación.
Y es que el coruñés se ha convertido en una pieza clave en el esquema de Víctor Sánchez del Amo. El técnico madrileño parece haber sacado lo mejor del futbolista, que después de varios años en primera división sin terminar de explotar, ahora se ha encontrado definitivamente con su mejor fútbol.
No obstante, los números hablan por sí solos: es el jugador que más minutos acumula esta temporada de todos los que se darán cita en el derbi del sábado, nada menos que 2.582 repartidos en 29 encuentros, todos ellos de titular. De todos esos partidos, solo en 1 fue sustituído, convirtiéndose en el décimo jugador más utilizado de la Liga y el primero entre los centrocampistas.
Su participación en las labores creativas del equipo está también fuera de toda duda. Sus 1.538 pases realizados (con un 82% de efectividad), le colocan en el puesto número 10 del ranking de la competición.
A sus cualidades técnicas, hay que sumarle el corazón y entrega que el centrocampista derrocha en cada encuentro. Su compromiso ha hecho del ex canterano del Real Madrid uno de los preferidos de la afición. Tras rechazar la suculenta oferta que le presentó el Valencia para decidir continuar en el equipo de su tierra, la admiración de la grada hacia el jugador se consumó por completo.
El sábado, parte de las esperanzas de sacar un buen resultado residen en ganar la batalla en el centro del campo. Y una gran responsabilidad de esta misión recae sobre un jugador que que tendrá su «bautismo de fuego» en Balaídos vistiendo la elástica blanquiazul: Pedro Mosquera.