Pepe Mel acaba de firmar el contrato que le confirma como nuevo entrenador del RC Deportivo, pero dentro de menos de 15 días ya se habrá sentado cuatro veces en el banquillo blanquiazul. Para afrontar ese maratón, recuperar la autoestima del vestuario es su premisa básica. «El Dépor es una gran institución, pero además tiene un buen equipo, ellos se lo tienen que creer. La forma de salir de situaciones dificiles es sintiendo lo que haces y eso es lo que vamos a intentar hacer desde esta tarde», ha comentado en su presentación en sociedad en el estadio de Riazor. «Decirle que no al Dépor es muy difícil cuando llevas un año viendo fútbol desde fuera. Hemos dicho que no a otras cosas, pero al Dépor hay que decirle que sí siempre«, afirma.
«Le doy las gracias al presidente y al Consejo por la bienvenida calurosa. También a Richard Barral, que desde el primer momento me transmitió la idea. Vengo a ayudar, transmitir ilusión, a dar a los jugadores la confianza que necesitan«, ha insistido el técnico madrileño, que hoy mismo cumple 54 años. «Mi mujer me preguntó qué me iba a regalar, que ya tenía de todo; y le dije que no se preocupara: un buen equipo. El Deportivo ha hecho posible el sueño de estar en un gran club y no quiero fallarle a la gente», ha desvelado, negando sentir vértigo por la inestabilidad del banquillo herculino en tiempos recientes. «Más vértigo da estar en paro», sostiene.
Mel no ha querido entrar en detalles sobre el estilo de juego que tratará de aplicar en A Coruña. «Es una buena pregunta, pero una respuesta difícil. Si me lo preguntas en verano te diría que podemos jugar así o asá, pero resulta que entramos en el sprint final. El estilo de juego es intentar que los futbolistas comprendan que son buenos, que miren al lado y vean que el compañero es bueno. Lo que necesita el Dépor es ganar partidos. Me voy a amoldar mucho a lo que voy a ver, lo contrario sería absurdo y yo un mal entrenador», ha apuntado.
«Las dos primeras semanas no va a dar tiempo de trabajar en demasiadas parcelas, sí en conceptos. Hoy es viernes y cuando acabe el partido ante el Atleti vuelve a ser viernes, tras el Sporting vuelve a ser viernes. Estoy deseando ponerme en contacto con ellos para ver cómo están físicamente, de la salud mental me encargo yo», ha recalcado el ex del Betis, visiblemente preocupado por los aspectos psicológicos. «Creo que lo futbolístico y lo psicológico va unido. El Dépor ha estado en los partidos siempre, en Leganés no porque el fútbol es así y llega un momento en el que uno baja los brazos. Pero al Dépor siempre lo he visto metido en el partido», ha añadido, elogiando el trabajo de un Gaizka Garitano con el que no descarta contactar en próximas horas.
«Voy a intentar dar el camino, pero necesito que los futbolistas crean en mí. Voy a hablar mucho con ellos, hoy empezaremos a trabajar, mañana es un día importante. Prepararemos muchas cosas, porque no jugamos contra un equipo cualquiera. Es un rival muy fuerte. Cuento a favor también que con el nuevo entrenador haya reacción y vamos a ver si es para bien y se mantiene en el tiempo», ha explicado, concentrado en el duelo del jueves con el Atlético de Madrid. Pepe quiere que el Dépor «haga las cosas divirtiéndose» para conectar con la gente, algo para lo que ve «equipo de sobra. Si a cualquier entrenador le pones la plantilla y le preguntas si quiere entrenar, el 100% dice que sí. El jueves tenemos que jugar de la forma que la gente espera vernos. Las pautas las voy a dar yo, el camino a seguir, pero ellos tienen que ver que es el idóneo», subraya.
Foto: Fernando Fernández
«Mi deseo cuando he venido es quedarme muchos años»
Pepe Mel aterriza en tierras gallegas precedido por su fama de amante del buen fútbol, que de algún modo ha querido matizar. «Lo vamos a intentar, tengo el convencimiento que para ganar es más sencillo jugar bien. Ahí el eterno dilema, ¿qué es jugar bien? Lo que voy a intentar es que el público piense que lo que ha visto ha merecido la pena y que los futbolistas se sientan orgullosos. Es por lo que voy a luchar», ha dicho.
El técnico llega acompañado del preparador físico David Gómez, el analista José Gordillo y Roberto Ríos como segundo entrenador. Mel ha recordado que el padre de Ríos, Eusebio, dirigió al Deportivo a finales de los ochenta. A él le ha llegado el turno recién comenzado 2017, aunque no ha ocultado que también estuvo a punto de ocurrir «en un pasado no muy lejano. Esta es la buena, el momento propicio».
¿Hasta cuándo se ve en Riazor? Su contrato dice que como mínimo hasta el próximo 30 de junio, un año más si es capaz de mantener al Dépor en Primera. «Hoy hemos tenido muy buenas palabras, todos nos queremos, pero espero que el día 30 de junio nos queramos igual o mucho más. En el fútbol los resultados mandan. Estoy encantado de estar aquí, ojalá por muchos años, eso será que al Dépor le ha ido bien y a mí también. El fútbol es caprichoso y pasan mil cosas. Mi deseo cuando he venido y he firmado es quedarme muchos años. Pero los dos nos sentaremos a hablar de lo que han sido estos dos meses. Hay un vínculo firmado con escapatoria», ha concluido.