Florin Andone ya entrena con el RC Deportivo a la espera de poder debutar pronto con la blanquiazul. Los aficionados del Dépor, enganchados al equipo desde el primer partido de pretemporada contra el Negreira, tienen ganas de ver en acción al delantero rumano, el fichaje más importante de la entidad herculina desde el año 2007 -cuando se pagaron 5,2 millones de € por el 75% del pase de Andrés Guardado-.
Queremos saber cómo es, cómo juega y qué poso ha dejado el de Joldești entre la hinchada del Córdoba, club al que enamoró durante las dos últimas campañas. Para ello acudimos al escritor Antonio Agredano, autor de ‘En lo mudable’, libro de relatos editado por Libros del KO con el Córdoba CF como hilo conductor. A Agredano podemos leerlo habitualmente como cronista de El Mundo y en nuestra web amiga Diarios de Fútbol, además de en el blog que él mismo ha creado: ‘Futbolistas Calvos‘.
No podríamos tener mejor invitado para trazar un perfil sobre Florin Andone. Fiel aficionado del club blanquiverde, hábil comunicador. Todo suyo.
PERFIL FLORIN ANDONE
Antonio Agredano
El talento se tiene o no se tiene, pero el esfuerzo se ancla en el espíritu. Hay quien quiere apurar el músculo, amoratarse el costado y pelear por cada balón y hay quien espera como una vieja en la parada del autobús a que llegue su oportunidad, un centro medido, un pase entre líneas, un rebote preciso y caprichoso. Florin es de los primeros. Tiene talento, una buena derecha, un buen remate de cabeza y capacidad para el desmarque y la anticipación. Pero también tiene un carácter tallado en campos de medio pelo, en las cloacas de nuestro fútbol. Andone se ha hecho grande desde lo pequeño. Juega como jugaría un goleador de Tercera, con ese mismo ahínco y ese despliegue físico desquiciado. Florin es un cable chispeando al lado de una piscina. Su peligro es innegable porque él se lo busca en cada partido. Y veintiún tantos, más siete asistencias, premiaron su estrategia la pasada temporada.
El gol es cuestión de insistencia. En Segunda División el gol, como el petróleo, se encuentra cavando. El rumano no desfallece en su gloriosa búsqueda. Es un incordio continuo para los centrales, se empareja con ellos y los reta, los desequilibra, los mide en velocidad. Es desquiciante su verticalidad y también la caída a bandas, desde donde arranca muchas galopadas. En el Córdoba lo ha sido todo. Se echaba de menos en mi tierra un futbolista que se cargara al equipo en la espalda y que no se borrara en las malas. Con él, volvimos a disfrutar. El carácter es una droga para los aficionados. Una muy golosa que nos lleva muy arriba. Cuando vemos a uno de los nuestros vaciarse en un partido, nos sentimos parte de la tribu. Era nuestro chamán, canalizaba nuestra impotencia en la grada. Cada duelo con el enemigo era una excusa para la fiesta.
Queda la duda de si en un equipo más grande, en una categoría más grande, bastará con esa fuerza, con ese empuje casi pueril. Para mí, tiene más cosas además de su obcecación, tiene un buen toque, un remate equilibrado y muchas ganas de aprender. El Deportivo ha hecho un buen fichaje. Encontrarán en él un referente inmediato y a, poco que las cosas le vayan bien, se ganará a la afición a base de músculo. Es un chico de oro, peleón, muy del barrio. De esos futbolistas que uno siempre querría tener en su equipo.