La improvisada pretemporada del Deportivo no impide que, después de siete jornadas, el conjunto herculino haya encajado solo cuatro tantos, únicamente superado por el Córdoba con tres.
Malabares, puzles o rompecabezas. No importa cómo se le quiera llamar, pero lo cierto es que, cuando Fernando Vázquez apuraba los últimos coletazos de la pretemporada del Deportivo de La Coruña, lo único que tenía era una plantilla sujetada con pinzas. La llegada de refuerzos a última hora y el cuantioso salto de los canteranos desde Tercera a Segunda División aventuraban unas carencias tan evidentes como irresolubles en ataque y defensa. Sin embargo, lejos de naufragar, la retaguardia coruñesa se erige ahora como una de las más fiables del campeonato, con solamente cuatro goles encajados en siete partidos.
Pocos aficionados dudaban del buen hacer del argentino Germán Lux como sustituto de Dani Aranzubia en la portería. No obstante, la defensa sí que sembraba más incógnitas: Laure, que prácticamente se perdió el pasado curso completo a causa de una pubalgia; la avanzada edad de Manuel Pablo; el impredecible rendimiento del portugués Luisinho, el estado físico del retornado Kaká; la juventud y falta de experiencia de Pablo Insua o Uxío Marcos… Todo parecía encomendarse a la pronta recuperación del tono físico de Carlos Marchena como líder a seguir, pero nada más lejos de la realidad.
Mientras que el central sevillano apura sus plazos y solamente ha disputado nueve minutos en esta Liga Adelante, sus compañeros pueden presumir de haberse ganado ya el voto de confianza de sus aficionados. Y es que solamente Córdoba, Murcia y Sporting de Gijón por partida doble conocen lo que es dar un disgusto a los hinchas herculinos. Este registro convierte a la entidad blanquiazul en el segundo conjunto menos goleado de la tabla con cuatro tantos, igualado con el Alcorcón, y con solo uno más que el Córdoba.
Álex Bergantiños, el tapado
Una concatenación de problemas físicos provocó que el técnico de Castrofeito se viese obligado a recurrir a Álex Bergantiños como defensa central. El plan de emergencia del preparador gallego funcionó a la perfección y, a pesar de haber cedido su lugar a Cezary Wilk en el centro del campo como pivote defensivo, su continuidad en la retaguardia le ha llevado a convertirse, después de Juan Domínguez, en el segundo jugador de campo con más minutos (606) disputados hasta la fecha del equipo en la categoría de plata.